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Formación del Sentimiento Fronterizo Mexicano-Americano

Formación del Sentimiento Fronterizo Mexicano-Americano.

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Con el Estado Mexicano compartimos un total de 1,993 millas que encierran una historia viva y apasionante entre ambos países. Una historia que se remonta a la Independencia de México en 1821 y la subsiguiente colonización del territorio de Texas.

Las
decisiones que se tomaron durante ese periodo marcaron las bases de los
acontecimientos que traerían como consecuencia la creación de una región que
convirtió a los Estados Unidos en una potencia continental y en la que México endosó
la mayor pérdida territorial de su historia. Es una historia, que además de
explicar la disputa territorial, puede esclarecer la formación de un
sentimiento fronterizo de confrontación entre ambos países.

México, después
de su Independencia, se encontró en posesión de 268.820 millas cuadradas, territorio
actual del estado de Texas, con el reto de continuar la colonización y resguardarlo
de las tribus nómadas Comanche y la creciente ambición política y expansionista
de su vecino, los Estados Unidos. Para estos fines, se tomó la decisión de
otorgar territorio por contrato a residentes de los Estados Unidos. Stephen
Austin, uno de los primeros colonizadores, firmó un contrato que solicitaba
hacerse ciudadano mexicano y adoptar la religión católica a él y todos los que
le seguían.  

Los colonos
fueron creando enclaves que rápidamente aumentaban en población y producción de
algodón. Poco interés tuvieron a la hora de integrarse a la cultura mexicana e indígena,
así como al idioma  castellano o la
religión católica. Estos indicadores fueron dando luces del creciente deseo de
hacerse con la provincia de Texas e independizarse de gobierno mexicano.

El Estado
mexicano en 1829, en vista de la creciente autonomía de los territorios de Texas,
crea una comisión investigadora para evaluar los contratos. Los resultados arrojados
revelaron la amenaza de los Estados Unidos para hacerse con Texas. El congreso
mexicano, en respuesta, pasó una ley con la intención de suspender la inmigración
anglosajona en 1830. Así también abolió la esclavitud y se establecieron tasas
aduaneras e impuestos.

 Las medidas fueron insuficientes, la
inmigración no se detuvo alcanzando 20.000 nuevos colonos, los impuestos se
ignoraron y la esclavitud no cesó. El deseo independentista de los Tejanos se
hizo evidente cuando, en el otoño de 1835, tomaron por asalto la población de
Goliad y San Antonio en el corazón del estado. La retaliación mexicana vino de
manos del presidente Antonio López de Santa Anna. Desde la capital, Santa Anna
condujo una armada de 5000 hombres en busca de pacificar las provincias de
Coahuila y Tejas.

 En febrero de 1836 Santa Anna alcanzó la
población de San Antonio. Ni él ni los tejanos  vaticinaron el impacto y la trascendencia que produciría el
estado de sitio en el que, durante trece días, se sometería a un grupo de 187
tejanos en el fuerte Álamo. Luego de esas tres semanas, el 6 de marzo, Santa
Anna ordenó un ataque final al fuerte. Se desató una lucha encarnizada y
sangrienta de proporciones épicas, para sus relatores, donde murieron todos los
tejanos, hasta que el fuerte finalmente pasó a manos de Santa Anna. La toma del
Álamo se convirtió en un hecho histórico de gran trascendencia entre los
Tejanos, el símbolo que les inspiraría a luchar por la independencia de Texas,
una derrota que estimuló la bravura y el sentimiento de soberanía tejano.

Aminoradas las
fuerzas de los tejanos, golpeadas en su orgullo, las tropas se mudaron al este
del estado bajo las órdenes de Sam Houston, donde planearon su contraofensiva. El
21 de abril de 1836, no muy lejos de la hoy ciudad de Houston y cerca del Río
San Jacinto, Santa Anna presumía que las tropas Houston estaban atrapadas,
debido a una extensa persecución. Sin embargo, en vez de continuar hasta
alcanzar las exhaustas tropas tejanas, decidió acampar a orillas del río y descansar
sus tropas. Los tejanos, viendo la oportunidad, no dudaron en atacar esa misma
tarde y al grito de Remember the Álamo, los tejanos aplastaron a las tropas
mexicanas matando 600 hombres y tomando 700 prisioneros, entre los que se
encontraba Santa Anna.

Sam Houston y
Santa Anna firmaron la Independencia de Texas el 14 de mayo de 1836 (Tratado
Velazco), donde Santa Anna prometió retirar las tropas mexicanas del territorio
tejano. Por algunos años Texas se mantuvo como un país independiente hasta que
decidió solicitar su anexión a la Unión Americana provocando la Guerra
Mexicana-Americana.

Lo destacable de
este proceso histórico es la formación de un sentimiento de autodeterminación
por parte de los colonos tejanos, apegados a sus creencias y valores; en
contraste, por el lado de los mexicanos, un sentimiento de pérdida irreparable.
Ambas posturas se han transformado en una relación fronteriza donde prevalece
la cordura diplomática, aunque, con frecuencia se percibe un persiste resquemor
de pérdida en constante confrontación con la prepotencia racial y económica de
los estadounidenses.      

Julio Sánchez©2011