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Filadelfia y el mundo

Hubo una vez en la que casi todo lo que usábamos en nuestra vida diaria venía de la ciudad o la región. 

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Hubo una vez en la que casi todo lo que usábamos en nuestra vida diaria venía de la ciudad o la región. Filadelfia era conocida como la fábrica del mundo. Las locomotoras eran fabricadas en la planta Baldwin justo al norte de la alcaldía. Los sombreros eran fabricados por Stetson Co. en la Calle 5 y Jefferson. Los serruchos eran fabricados por Disston Saw Works en Tacony. 

La comida también era local. Durante la temporada en que llegué a Filadelfia, en 1974, comíamos tomates en el verano porque crecían en el sur de Nueva Jersey. 

El mundo ha cambiado en el lapso de unas cuantas décadas. La tecnología digital y la avanzada transportación por mar y tierra han colapsado el tiempo y espacio, permitiéndonos vivir en un mundo global. Los eventos significativos en cualquier parte del mundo son transmitidos a nuestros hogares, computadoras y celulares en tiempo real. El mundo se ha abierto y nos ha llevado a una realidad estimulante y a veces alarmante, a pensar que para prosperar se debe competir globalmente. 

Hemos pasado mucho tiempo pensando lo que significa la competencia global para Filadelfia. El reto para nosotros es entender y explotar nuestros recursos naturales, y darlos a conocer a las personas de fuera. 

Hace 50 años, esos recursos eran prácticamente nuestra fuente de manufactura. Hoy nuestros más grandes recursos son nuestras instituciones de educación, investigación y  medicina. Tenemos una de las concentraciones de este tipo de instituciones más altas en el mundo, y a la vez, estas representan nuestra principal fuente de empleo y, de manera colectiva, representan una tercera parte de nuestra fuerza de trabajo.

También representan grandes exportaciones. Nuestras instituciones están en el negocio del conocimiento. Fabrican ideas, pero en vez de venderlas a gran escala a una base de clientes en otras partes del mundo, atraen a clientes –estudiantes, investigadores y personal– aquí a Filadelfia.

En el proceso, los clientes no solo compran el 'producto', sino que también inyectan dinero a nuestra economía rentando casas, comprando comida y haciendo uso de los servicios de transporte. 

Como muchas de nuestras instituciones son de clase mundial, atraen a una base de clientes de todas partes del mundo: empresarios chinos que toman cursos de cinco semanas en Wharton, familias mexicanas cuyos niños necesitan cirugía en el Hospital de Niños de Filadelfia, investigadores italianos de cáncer que forman parte del Instituto Wistar. Nuestras instituciones nos conectan de manera global. Durante un viaje a Turquía el año pasado, di un paseo en un globo aerostático. Nuestro piloto egipcio preguntó de dónde éramos y cuando dijimos Filadelfia, él nos dijo que tenía una maestría en Ingeniería de la Universidad de Temple. "Vamos búhos", dijo el piloto cuando despegamos. 

Estas conexiones alimentan nuestra reputación y no solo atraen estudiantes a Filadelfia, sino que también atraen inmigrantes llenos de esperanza por las oportunidades que Estados Unidos ofrece. Atraen empresarios interesados en comercializar las investigaciones que se llevan a cabo aquí. Atraen turistas que, en mi experiencia, casi siempre conocen de antemano la extraordinaria historia de Filadelfia.   

Así que el mundo ha cambiado. Es necesario darle la bienvenida a los extranjeros, turistas, invitados, empresarios, estudiantes, colegas, inversionistas, y estimularlos a quedarse aquí y mostrarnos como la ciudad cosmopolita que de hecho ya somos.

* Publicado con permiso de Global Philadelphia Association y Philadelphia Business Journal. Esta columna es la tercera entrega de una serie titulada "Philadelphia - The Once and Future International City" publicada en www.bizjournals.com

 ** Alan Greenberger es encargado de desarrollo económico de Filadelfia, así como el director de comercio de la ciudad. Ha trabajado en el gobierno local desde el 2008. Forma parte de las siguientes juntas directivas: Fairmount Park Art Association, Delaware River Waterfront Corporation, Philadelphia Industrial Development Corporation. Es cofundador de Design Advocacy Group of Philadelphia.