En esta época del año,  pienso mucho en mis abuelos. Ya sea que ellos hubieran servido a los EE.UU. como trabajadores o propietarios de pequeñas empresas o veteranos de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra de Corea, mis abuelos creían firmemente que, trabajando duro, iban a ser recompensados con oportunidades para mantener a sus familias.

Ahora que estamos cerca del 4 de Julio, me preocupa que algunos miembros del Congreso no sean fieles a los valores de mis abuelos. Algunos han sugerido que se elimine el Crédito Tributario por Ingresos del Trabajo, (Earned Income Tax Credit o EITS, por sus siglas en inglés). y el Crédito Tributario por Hijos (Child Tax Credit o CTC), para ciertos tipos de contribuyentes. Este plan es erróneo e injusto. Estos dos créditos beneficiaron a 9.400.000 personas y a cinco millones de niños que vivían en la pobreza. Al trabajar en el Consejo Nacional de la Raza, me he dado cuenta de la forma en que éstos créditos contra la pobreza y a favor del trabajo han impulsado empleos para madres solteras y logros en la educación infantil.

Los recortes propuestos para EITS y CTC perjudicarían en gran medida a las familias latinas. Cuatro millones de familias latinas, con nueve millones de niños, podrían perder valiosos recursos para pagar las hipotecas de sus viviendas, iniciar un negocio o invertir en la educación de sus hijos. También afectaría a los veteranos: más de 35.000 familias de veteranos en Pensilvania solo perciben actualmente los beneficios de EITC o CTC. Tratar de equilibrar el presupuesto federal a costa de los bolsillos de las familias trabajadoras y los veteranos no es el ideal de vida norteamericano por el que lucharon mis abuelos.

Otra de las propuestas del Congreso es negar el Crédito Tributario por Hijos a las familias que presentan sus impuestos con un Número de Identificación Fiscal Personal (Individual Taxpayer Identification Number oTIN). Esta propuesta me hace acordar a las desgarradoras historias de mis abuelos, quienes fueron discriminados como soldados de segunda clase en el ejército de este país debido a su origen étnico. ¿Cómo pueden los estadounidenses negar a los niños, la mayoría de los cuales son ciudadanos estadounidenses, los recursos que pueden ser utilizados para sus necesidades básicas, como la educación y el cuidado de la salud? No podemos permitir la injusticia en ningún nivel de nuestra sociedad moderna.

Mientras disfrutemos el fin de semana del 4 de julio, volvamos a renovar nuestro compromiso instando a que las autoridades federales apoyen las políticas fiscales que ayuden a las familias de los trabajadores y a los que más se han sacrificado por nuestra libertad. Preservar y expandir el Crédito Tributario por Ingresos del Trabajo y el Crédito Tributario por Hijos es lo que, como estadounidenses, estamos obligados a hacer.

Rafael Collazo es director de las Campañas Políticas en el Consejo Nacional de La Raza.