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Enfrentar los cambios de Estados Unidos —Juntos

Enfrentar los cambios de Estados Unidos —Juntos

Chicago—"¿Están los blancos racialmente oprimidos?" Éste era el llamativo titular de un artículo de CNN.com de la semana pasada, sobre la creciente ansiedad de…

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            La
simple respuesta es "no". Las minorías no aspiran a oprimir a los blancos. Ni
tampoco, en un futuro cercano, contarán con el tipo de riqueza que derribará a
los blancos de sus pedestales de poder e influencia en Estados Unidos.

            Una
respuesta más interesante y compleja hubiera sido obtenida del titular: "¿Están
los blancos nerviosos por los cambios demográficos en Estados Unidos?" Eso
podría haber provocado discusiones honestas sobre los cambios muy reales que
nuestro país está comenzando a sufrir.

            La
nota de 2.200 palabras trata todo, desde el ascenso en la percepción de los
blancos de discriminación hasta el surgimiento de cursos de "estudios blancos"
en las universidades y la popularidad de los comentaristas de medios conservadores,
a quienes les inquieta que el Estados Unidos de Rockwell que ellos conocieron y
amaron haya desparecido para siempre.

            Hay
dos maneras de reaccionar a esas dos preocupaciones.

            Una,
uno podría sentirse indignado y desecharlas de cuajo, señalando cualquiera de
los millones de pruebas estadísticas que muestran que los blancos, a pesar de
la reducción de su número, continúan gozando de mejor salud física, acceso a
una educación excelente y oportunidades laborales que las minorías.

            En
la reunión de febrero de la American Association for the Advancement of
Science, Alice Huang, presidenta de la organización, expresó su consternación
sobre el "techo de bambú" que enfrentan las científicas asiáticas. La así
llamada "minoría modelo" típicamente no sufre de los bajos niveles de educación
o de los altos niveles de pobreza que sufren los negros e hispanos. Sin
embargo, según Huang, datos recientes hallaron que los asiático-americanos, en
campos tales como la ciencia "tienen ahora las posibilidades más bajas de éxito
para elevarse al nivel gerencial, a pesar de su educación y de sus notables
logros". Huang urgió a los líderes científicos a estudiar por qué sucede eso y
después a "hacer algo para disminuir la disparidad".

            La
segunda manera de reaccionar a un incremento percibido en la ansiedad de los
blancos es ponerse en sus zapatos y dar un pequeño paseo.

            Imaginen
ser un texano blanco y despertarse para ver este titular en The Houston
Chronicle: "Demógrafo texano: 'Esencialmente todo se ha acabado para los anglos.'"
Seguro, este estado va en vías a tener minorías mayoritarias, incluso antes que
el resto del país, pero a nadie le gusta que lo manden prematuramente a la
extinción mediante estadísticas.

            O
miren lo que Colby Bohannan, presidente de la organización que se anuncia como
la Ex Asociación de la Mayoría por la Igualdad, dice que deben enfrentar los
hombres jóvenes blancos. Su experiencia personal es que las becas
universitarias están dirigidas abrumadoramente a las mujeres y a las minorías,
lo que dificulta que los hombres jóvenes blancos de medios modestos asistan a
la universidad.

            Así
pues, Bohannan inició una organización sin fines de lucro para proporcionar
becas de 500 dólares a cinco muchachos, que tengan por lo menos un 25 por
ciento de blanco, un promedio superior a 3.00 y una necesidad económica
demostrada.

            La
reacción más fácil sería etiquetarlo de racista. Pero puesto que no acepta
donaciones de individuos o grupos que se identifiquen con la promoción de la
segregación, la supremacía blanca ni el odio, Bohannan está luchando para
conseguir dinero.

            "No
estamos tratando de promover el prejuicio racial", Bohannan expresó a CNN.
"Todo lo que queremos es ayudar a estudiantes universitarios, que están
tratando de mejorar su vida y resultan ser hombres blancos."

            Consideremos
que casi la mitad de todos los que viven en la pobreza actualmente son blancos
no-hispanos y que sus perspectivas futuras son tan oscuras como las de muchas
minorías, y así entenderemos lo que dice Bohannan.

            "Este
tema constituye una inquietud legítima", dijo J.C. Davies, cuando la llamé para
preguntarle sobre su blog "white boy scholarship" (la beca del muchacho
blanco). Davies es la autora de "I Got the Fever" (Tengo la fiebre), un libro
sobre noviazgos de jóvenes de diferentes razas. "A medida que los cambios
demográficos y la brecha de igualdad se estreche, nosotros los blancos nos
asustaremos un poco", dijo. "Pero todos debemos abordarlo en lugar de
vilipendiar a los que les inquieta que una vez que las minorías sean mayorías,
llegará un momento de represalias por Jim Crow, los campos de internamiento de
los japoneses y lo que está pasando en Arizona".

            Estoy
de acuerdo. Nuestro país está cambiando y debemos enfrentar esos cambios juntos
—y eso debe comenzar con un diálogo honesto sobre la base de una aceptación
mutua. Así como la mayoría debe aceptar el valor de elevar la calidad de vida
de las minorías para la mejoría de nuestra sociedad entera, también las
minorías deben estar dispuestas a respetar las inquietudes sobre un nuevo orden
de cosas como algo más que locuras de racistas.

© 2011, The Washington Post
Writers Group