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EFE

El problema de la diversidad de Hollywood no es sólo blanco-y-negro

La casi-campaña #OscarsSoWhite, cuyo objetivo es avergonzar a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas por la falta de diversidad en las nominaciones…

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La casi-campaña #OscarsSoWhite, cuyo objetivo es avergonzar a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas por la falta de diversidad en las nominaciones para los premios, presenta problemas.

Muestra falta de respeto, en efecto, hacia el 62 por ciento de la población de Estados Unidos—una mala manera, por cierto, de abogar por la inclusión. Y lo que es peor, deja de lado un llamado específico para una mejor representación de todas las minorías en la industria cinematográfica. ¿El resultado? La cobertura del asunto en los medios lo trata como una cuestión de blanco-y-negro.

Días después de que se anunciaran las nominaciones, Lucía I. Suarez Sang escribió en el sitio Web Latino de Fox News: “Ausente entre las voces de indignación estaba el talento latino de Hollywood—nadie en la comunidad hispana planteó el tema de que los latinos fueron también notablemente omitidos de las categorías de interpretación, y que lo han sido durante muchos años. Muchos pronosticadores de los premios esperaban una nominación para Benicio del Toro por ‘Sicario’”.

Es cierto que no hay mucha gente que hable en nombre de los actores latinos, pero lamentablemente el tema no se presta a una total precisión.

Alejandro G. Iñárritu es candidato para el premio al mejor director por “The Revenant”—un film por el que dos mexicanos y un latino nacido en Estados Unidos han sido nominados para mejor sonido, mejor edición de sonido, y mejor cinematografía. Y el film de Pixar, “Inside Out”, co-producido por Jonas Rivera, fue nominado como mejor película de animación.

Pero está de por medio el confuso hecho de que Iñárritu no es hispano. Es mexicano.

Los términos “hispano” y “latino” son conceptos que se encuentran sólo en Estados Unidos y se refieren, en realidad, a individuos nacidos en Estados Unidos con padres o abuelos de América Latina.

Por ejemplo, mi madre, que ha vivido en Estados Unidos durante más de 40 años, no es hispana, es mexicana (y créanme, los mexicanos toman la identidad mexicana muy en serio). En cualquier parte del mundo a la que vaya, es mexicana—de la misma manera en que en cualquier parte del mundo a la que yo vaya, con la notable excepción de los Estados Unidos, yo soy estadounidense y no “latina”.

Así pues, aparte de los dos hispanos nacidos en Estados Unidos—Rivera y Frank A. Montano, encargado del sonido para “The Revenant”—toda la diversidad latinoamericana en los Oscar de este año (incluyendo a Paco Delgado por “The Danish Girl” y a un puñado de cineastas de Chile, Brasil y Colombia en las categorías de films de animación en lengua extranjera) se limita a América Latina.

Y sí, eso importa.

Por supuesto, es maravilloso tener apellidos latinos representados en el gran espectáculo, pero encubre el hecho de que los hispanos nacidos y criados en Estados Unidos apenas si tienen una oportunidad en Hollywood, porque o bien se los considera demasiado étnicos o no suficientemente hispanos (si se piensa que no tienen acento o rasgos oscuros) o no tienen suficiente experiencia.

¿Y cómo van a adquirir experiencia cuando a los productores de Hollywood les resulta más fácil contratar estrellas establecidas de América Latina?

“Hollywood observa las cadenas en lengua española y piensa que nos representan a nosotros,” dice Bel Hernández Castillo, director ejecutivo de Latin Heat Media, que cubre el asunto de los latinos en Hollywood. “Piensan: ¿’Qué importancia tenemos para ustedes? Ustedes tienen sus propias cadenas.’ Pero la mayoría de los que vivimos en Estados Unidos no vemos esas cadenas. Yo hablo español y me crié viendo Univisión, pero en un momento determinado ya no me atrajo. La lengua inglesa constituye mi mundo, pero en el pequeño círculo interconectado del Hollywood dominante, miran a los latinos nacidos en Estados Unidos y [dicen] ‘No, tu español es terrible y ¿cuánto quieres? ¿Por qué habría de contratarte cuando puedo obtener talento de América Latina tanto más barato?’”

Rafael Rivera, cronista del Hollywood hispano y productor de films, expresó algo muy parecido: “Los productores estadounidenses aprovechan el mercado extranjero porque el talento viene con públicos incorporados. Gael García Bernal, me encanta, pero se sabe que el tipo es popular internacionalmente, por eso recibe la llamada en lugar de todos estos otros latinos de nuestro país.”

Jillian Baez, profesora asistente de cultura mediática en The City University de Nueva York, señaló la creencia social generalizada y persistente de que los hispanos son extranjeros.

“A menudo se fusiona a los latinos con los latinoamericanos, y no creo que los directores de reparto realizan necesariamente esas distinciones cuando contratan para públicos que  hacen esas distinciones,” dijo en una entrevista. “Eso no cambiará hasta que podamos ver quién está detrás de la cámara y veamos a latinos escribiendo, dirigiendo, produciendo y trabajando en puestos de poder creativo.”

Mientras tanto, Michael Pena, mexicano-americano, oriundo de Chicago, desempeñó un breve y delicioso papel en “The Martian”, que fue nominada para Mejor Película. No debemos ignorar su importante papel y debemos hacer un llamado para que haya más papeles--y mejores--para los hispanos nacidos en Estados Unidos. Después de todo, en relación con nuestra población, vamos al cine más a menudo que nadie.

La dirección electrónica de Esther Cepeda es estherjcepeda@washpost.com. Síganla en Twitter,@estherjcepeda.