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El Partido Republicano se cavó su propia fosa con los latinos

El Partido Republicano se cavó su propia fosa con los latinos

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Tras años de sermonearnos sobre no dar excusas y asumir la responsabilidad de nuestros actos, los republicanos están ahora haciéndose las víctimas. Dicen que los critican, injustificadamente, por ser hostiles con los inmigrantes y con los latinos. 

Se considera a ambos grupos como una unidad. Los latinos encabezan el debate de la inmigración porque constituyen la mayoría de los inmigrantes de los Estados Unidos –tanto legales como ilegales. Y lo que está alimentando el debate es la latinofobia, mientras blancos y negros, nativistas y sindicatos se unen en causa común para revertir la marea demográfica. 

El Partido Republicano lo sabe. Ha alimentado esos temores durante los últimos 20 años. 

Aunque algunos republicanos están listos para apoyar la reforma migratoria como una oferta de paz hacia los latinos, otros niegan aún la realidad de haberse conducido de mala manera. 

Como la memoria de algunos es defectuosa, he aquí una cronología de las principales actuaciones del Partido Republicano contra los inmigrantes latinos. 

—En 1994, los republicanos de California, liderados por el gobernador Pete Wilson, propusieron y fomentaron la Proposición 187, una iniciativa de votación que procuraba denegar educación y otros servicios a los inmigrantes ilegales y a sus hijos. Tras una campaña en la que preponderó una retórica de tinte racial, los electores aprobaron la medida, que más tarde fue revocada por un juez federal por ser inconstitucional. 

—En 1996, el representante republicano, Lamar Smith, de Texas, propuso la Ley para la Reforma de la Inmigración Ilegal y la Responsabilidad Migratoria, que facilitaba la deportación de inmigrantes ilegales y dificultaba su retorno legal. La ley, firmada por el presidente Bill Clinton, estipula la prohibición de volver en 10 años para todo el que sea expulsado y vuelva a entrar, disposición que los abogados denominan como "prohibición mexicana", porque sólo parece aplicarse a inmigrantes de México. 

—En 2005, los representantes republicanos James Sensenbrenner, de Wisconsin, y Peter King, de Nueva York, propusieron la Ley para el Control de la Protección Fronteriza, el Antiterrorismo y la Inmigración Ilegal. Antes de que se la derrocara en el Senado, esta medida notablemente punitiva convertía la "presencia" ilegal en un delito y expandía la definición de asistir y ayudar a los que quiebran la ley para incluir a los organismos de caridad y servicios sociales. 

—En 2006, el representante Tom Tancredo, de Colorado, se refirió a Miami como a "un país del Tercer Mundo" por el número de latinos que reside allí y por la cantidad de español que se habla. Y el representante republicano, Steve King, de Iowa, comparó a los inmigrantes mexicanos con animales, cuando propuso electrificar la cerca a lo largo de la frontera mexicano-americana porque "hacemos eso con el ganado todo el tiempo". 

—En 2007, el senador republicano James Inhofe, de Oklahoma, condujo a sus colegas del Partido Republicano a un desvío en el debate del Senado sobre la propuesta de ley para la reforma migratoria, con una enmienda que declaraba al inglés como "lengua nacional" de los Estados Unidos. Eso dejó en claro que, para algunos, el debate migratorio conlleva el temor nativista de un cambio en la cultura. 

—En 2010, los republicanos de Arizona redactaron, aprobaron y firmaron en ley la medida, ahora notoria, que requiere que la policía local y estatal imponga la ley de inmigración, de manera tal que se realicen perfiles étnicos de los latinos. Una media docena de estados siguieron esos pasos por iniciativas legislativas de republicanos. 

—En 2012, las primarias presidenciales republicanas se convirtieron en un desagradable concurso para determinar cuál candidato era más severo con los inmigrantes ilegales, mientras poco se dijo sobre sanciones para castigar a los dueños de viviendas y empresas que los contratan. 

Y hace sólo unos días, los senadores republicanos Kay Bailey Hutchinson, de Texas, y Jon Kyl, de Arizona, desempolvaron y revelaron una propuesta de ley que redactaron hace un año a fin de crear una Ley DREAM de segunda categoría, en que los estudiantes universitarios indocumentados obtendrían categoría legal pero, explícitamente, no obtendrían ciudadanía estadounidense. Aparentemente, los senadores no tienen en cuenta la óptica. Tenemos aquí unos republicanos que, justo después de una elección en que el partido perdió el voto latino, proponen una ley que garantiza que un grupo de inmigrantes latinos no pueda votar. 

Es un buen historial. No es de sorprender que el Partido Republicano esté en una fosa con respecto a los latinos. Pero los republicanos no son víctimas de nadie. Están en esta fosa tras años de numerosas palabras y actos; ellos mismos se la cavaron. Ha llegado hora de aceptar ese hecho, y tratar de salir de la fosa en lugar de fingir que no existe.