El color de la piel no es un crimen
A principios del siglo pasado existía la creencia de que para integrarse a la cultura estadounidense los inmigrantes europeos debían cambiar su nombre, aprender el idioma, olvidar sus costumbres y tradiciones de origen, vestir, actuar y pensar como los norteamericanos.En las últimas décadas se promocionó el orgullo de la raza
A principios del siglo pasado existía la creencia de que para integrarse a la cultura estadounidense los inmigrantes europeos debían cambiar su nombre, aprender el idioma, olvidar sus costumbres y tradiciones de origen, vestir, actuar y pensar como los norteamericanos.En las últimas décadas se promocionó el orgullo de la raza: “Black is Beautiful”, lo cual dio al fin un espacio digno a los afroamericanos en América. Hoy cada cultura es festejada de diferentes maneras y en fecha especial. Para los mexicanos el 5 de Mayo y el 16 de Septiembre son fiestas aún con más ardor y orgullo en EU que en México. Esto hizo suponer que en la modernidad se habían superado las diferencias de razas y culturas y que finalmente se había abierto el camino a una verdadera sociedad cosmopolita en la cual hubiera respeto y reconocimiento para todos.
Luego apareció en Arizona la odiada ley SB1070, y las nubes negras de la discriminación racial cubrieron de nuevo el cielo de Norteamérica. Otra ley aprobada por el Congreso de Arizona castiga eliminando recursos a centros educativos que incluyan en su currículo “estudios étnicos” porque promueven la solidaridad con las diferentes razas en vez de fomentar los valores tradicionales norteamericanos: America, the Beautiful.
Los educadores conocen la importancia de tratar a los alumnos como individuos, y saben también que reconocer sus raíces culturales diversas y apreciar su valor no va en contra de ser un verdadero norteamericano. Es lamentable que los niños inmigrantes se avergüencen de sus raíces, las nieguen, tengan que abandonar sus tradiciones, cuando pueden aportar mucho de su cultura a la comunidad norteamericana. Los niños ya no deben preguntar: ¿Mamá, por qué el color de mi piel es un crimen?
Una vez que la ola xenofóbica cobra fuerza en una nación es difícil detenerla. Editoriales publicados en The New York Times condenan el acoso de que son objeto los inmigrantes y las violaciones de sus derechos. Uno de los abogados defensores comentó que los carceleros creían tener luz verde en el maltrato de indocumentados por las declaraciones racistas de los políticos. Es difícil detener ese grado de violencia y, sin embargo, destacados maestros estadounidenses han salido al rescate. Han elaborado nuevos programas escolares que incluyan un entrenamiento para la no-violencia. Los talleres pretenden capacitar a los niños a respetar la diversidad racial.
Rosa Guerrero, hispanoamericana originaria de El Paso, Texas, va más allá del respeto: durante 45 años ha enseñado a niños, jóvenes y adultos a amar la diversidad. En los últimos años ha redoblado su trabajo educativo y artístico: la unidad de los seres humanos de todas las razas y religiones a través de la cultura. Además de cátedras y conferencias en centros culturales y universitarios, utiliza el teatro para transmitir el evangelio de la unificación. El sustento de su vida es la música, la danza, y el descubrir la belleza exquisita que reside en cada persona. Afirma que en cualquier grupo humano, aún el poseedor de la cultura más rica, es pobre si sus miembros no saben apreciar lo que las otras culturas aportan al banquete de la vida.
El video más popular de Rosa Guerrero que aparece en la red es ‘Mosaico Cultural II’, basado en tradiciones ancestrales mexicanas. Encuentra una correlación con las culturas europeas, asiáticas, africanas y americanas. La música y la danza son un lenguaje universal de esperanza y celebración de la vida; un lenguaje poderoso que trasciende toda cultura particular, todo sistema económico y político, cualquier etapa de desarrollo organizacional, y todas las categorías en las que los antropólogos y sociólogos suelen clasificar a los seres humanos. La danza de Rosa Guerrero es una oración personal para la unificación de la humanidad; inicia su obra sosteniendo en alto a un recién nacido, con una súplica al mundo para que todos amen a ese pequeño ser y lo libren de los males que lo acechan. La extraordinaria riqueza de las diferentes culturas que conforman el mosaico de la humanidad es presentada al auditorio a través de la magia de la narrativa, poesía, canto y danza. Una obra realmente magistral.
Rosa Guerrero ha recibido muchos reconocimientos por su labor extraordinaria; El Paso, Texas le ha dado su nombre a una escuela: el primer centro educativo que lleva el nombre de una mujer y, además, latinoamericana. Para ella, la reconciliación individual, el orgullo del propio origen, la reconciliación colectiva al abrirse a la riqueza de otros orígenes, la armonización de las diferentes razas y culturas es una experiencia realmente embriagadora: “Si vives buscando al Dios que siempre te rodea, cada momento se vuelve una plegaria.”
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