Dream Act: El idílico baile de la Senadora Hutchinson
La Senadora Kay Bailey Hutchinson se hace nudos respecto del Dream Act. La texana refleja el predicamento de muchos de sus colegas Republicanos de estados con…
Los que
apoyan el Dream Act se enfocaron en Hutchinson y un manojo de Senadores
Republicanos que votarían por el proyecto de ley aprobado por la Cámara de
Representantes durante su última sesión.
Hasta ahora, Dick Lugar de Indiana y Bob Bennett de Utah son los únicos
que dieron señales de votar en pro de la ley, por lo que el prospecto de éxito
es muy gris.
Pero
rehusándose a rendirse, 16 manifestantes fueron recientemente arrestados en la
oficina de Hutchinson en San Antonio.
Otros la presionaron en sus oficinas de Dallas y Washington. Algunos ayunaron por semanas.
Hutchinson
me recuerda mucho a una Hillary Clinton Republicana. Es sensible, política, cortés, y bajo la superficie, dura
como un clavo. Pero, curiosamente,
el fuego de pasión se le apagó en su desastrosa candidatura en las primarias
por la gobernación de Texas este año en contra del actual gobernador Rick
Perry. No ha dicho si se postulará
nuevamente por el senado dentro de dos años.
Los
denominados "Dream-er" (soñadores) ven a Hutchinson como moderada con
corazón. Anteriormente apoyó la
esencia del proyecto de ley, que daría estatus legal a los jóvenes inmigrantes
que vinieron ilegalmente al país, si es que van a la universidad ó se enlistan
en el ejército.
Hablando
al Senado en el 2007 respecto de una le virtualmente idéntica, ella dijo según
el San Antonio Espress-News:
"Esta es una pieza de legislación tan
importante, y de hecho pienso que está aislada del resto del tema de la
inmigración en su totalidad porque…hay jóvenes que han sido traídos a este país
cuando niños, no por voluntad propia, que fueron a las escuelas
estadounidenses, se graduaron, y ahora desean ir a universidades
estadounidenses.
"Están en una situación tipo limbo. Creo que necesitamos atender este
asunto. Debemos hacerlo de tal
manera que ayudemos a esta gente joven asimilarse a nuestro país con una
educación universitaria. Han
vivido aquí la mayor parte de sus vidas.
Si los enviamos devuelta, no sabrían qué es su hogar. Hay un motivo de compasión para que
nosotros intentemos solucionarlo."
Entonces
ella aún quería explorar algunos detalles pequeños del proyecto de ley. Pero ahora ella ha rechazado de tajo
ofertas de negociar términos en aras de promover y aprobar la ley.
Los
Demócratas han intentado anticiparse a algunos de los ajustes deseados por ella
mediante rebajar la edad límite elegible a menos de 30 años y aumentar los
requerimientos para lograr la ciudadanía, incluyendo una espera de 10 años y un
récord limpio con la ley.
Pero
Hutchinson rehúsa mostrar sus cartas.
Quizá porque ella ya se ha quemado con la base de extrema derecha de los
Republicanos durante la candidatura a la gobernación. Pero ella también declina pronunciarse en contra de la
esencia del proyecto de ley. Los
latinos representan cerca de una cuarta parte del electorado de Texas y ahora
suman cerca de 40 por ciento de la población. Según una encuesta reciente de LatinoDecisions, 86 por
ciento de los votantes en Texas favorecen el Dream Act.
Así que
Hutchinson baila. Ella deja
que su oficina se pronuncie diciendo que la ley es "demasiado amplia" y que se
necesita más aunque el proyecto ha estado circulando por una década. Hace algunas semanas, ella propuso que
los estudiantes afectados reciban visas de estudiante temporales, pero ello
resultaría en que los estudiantes deberían irse del país al cabo de terminar la
carrera.
La
semana pasada un grupo de Hispanos Republicanos conservadores amenazó con
buscarse un candidato amigable con los hispanos para retar a Hutchinson si ella
buscara la reelección. "Si
Hutchinson castiga a nuestros hijos, habrán consecuencias en el 2012" declaró
el fundador del grupo DeeBee Blase al The Dallas Morning News.
Por
ahora, Hutchinson está a salvo tras una pared de votos Republicanos anglo, pero
historias similares del resentimiento latino respecto a la Dream Act entrarán
en juego respecto a otros senadores Republicanos. John Ensign en Nevada y Jon Kyl en Arizona por ejemplo se
están postulando a la reelección dentro de dos años y se hallarán luchando en
contra de la marea creciente de votantes latinos en la Costa Oeste,
particularmente en las elecciones generales.
Quizá
necesiten perder para que así encuentren su consciencia. Decidoramente, de los ocho Republicanos
que votaron en pro de la Dream Act en la Cámara, tres eran latinos y seis ya no
integrarán el siguiente Congreso.
© 2010,
The Washington Post Writers Group – Traducción AL DIA NEWS
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