Disney, la princesa Sofía y lo real
Fue una tormenta en un vaso de agua de caricatura. A mediados de octubre Disney empezó a promocionar su más reciente princesa de caricatura —la Princesa Sofía…
Fue una tormenta en un vaso de agua de caricatura.
A mediados de octubre Disney empezó a promocionar su más reciente princesa de caricatura —la Princesa Sofía— quien un vocero de la compañía llamó "una princesa latina".
Se armó un alboroto inmediato. Sofía tiene tez blanca, cabello castaño claro y ojos azules. Algunas de las quejas se basaron en el hecho que la primera princesa latina de Disney tiene facciones muy europeas (pero hay que dejar en claro que un número de latinas también las tienen). Sin embargo, la mayor parte del bullicio se enfocó —y con buena razón — en el comentario de ese mismo vocero de Disney, quien dijo que escogieron las facciones de Sofía con miras a que los niños se pudieran identificar con ella.
Como si la piel más oscura fuera alienante para los niños ...
Este "lightwashing" no es exclusivo de Disney, por supuesto. Algunas telenovelas producidas en México y en Venezuela lo hacen —dando de preferencia los papeles principales a las actrices de tez clara, mientras que a sus compañeras de piel más oscura se les relega a papeles de segunda, o, peor, de sirvientas. Las cremas para blanquear la piel venden muy bien en América Latina y en la India, y en muchos otros países además.
Como el tumulto en torno al anuncio de la princesa latina se volvió más insistente, Disney dio marcha atrás. La madre de Sofía era de un reino de cuento de hadas de habla española, dijeron, pero Sofía ... bueno, ella era multiétnica, y que alguien se equivocó al nombrarla la primera princesa latina.
¡Ah! sí como no.
HuffPoLive programó un segmento poco después que comenzara el bochinche, y yo tuve la suerte de ser invitada a participar. Algunos pensaban que el alboroto era una tontería. Otros defendian a Disney señalando que su canal de televisión ya tiene programas con protagonistas latinos. Una de las participantes lamentó el hecho que sus hijas pasaran más años sin ver una princesa Disney que se parezca a ellas.
En las semanas después de lo de "la Sofía" mucha gente comentó en twitter y en blogs acerca del tema.
Ana Flores —autora del libro "Bilingual is better" y co-fundadora de SpanglishBaby.com— pidió a latinas que le enviaran fotos de sus hijas para hacer alarde de las verdaderas "princesas latinas". El tablero de Pinterest que creó con las fotos (http://pinterest.com/spanglishbaby/latinaprincess/) es encantador.
Si hay una razón para prestarle atención a esto, es porque la imagen, la identidad y las expectativas están tan intrínsecamente unidas en las mentes de nuestras jóvencitas. Nos gusta pensar que no es así, que las hemos puesto fuera del alcance de las dudas y del sentimiento que la sociedad las "borra" si no tienen los ojazos azules, la cintura pequeña o el cabello liso y sedoso de todas las "princesas Sofía" que se glorifican en la cultura pop.
Nos gusta decir que les hemos enseñado a nuestras hijas que es mas genial tener los dotes de inteligencía y firmeza de carácter, y las expectativas de una Soledad O'Brien, digamos, o de una Hilda Solís o Julia Alvarez.
Sin embargo, las estadísticas nos dicen que del dicho al hecho hay mucho trecho.
De acuerdo con el CDC, un 21 por ciento de las niñas latinas de 12 a 17 años ha considerado seriamente el suicidio. Y dependiendo de cuales estadísticas se utilizan, el 13,5 al 17 por ciento de ellas lo ha intentado. El 41 por ciento de nuestras hijas no se gradúa de la escuela secundaria a tiempo o con un diploma estándar. El 53 por ciento tiene por lo menos un bebé antes de cumplir los 20 años.
Una de cada cinco de nuestras hijas está en crisis. Y aunque los factores que producen esas estadísticas son tremendamente complicados, no podemos pasar por alto que en torno a nuestras hijas está una cultura que no las "ve". Una cultura en la que los modelos a seguir son todavía pocos, o poco visibles.
Si la princesa de Disney Sofía es latina, o no, es bastante insignificante en el esquema de las cosas. Pero, ¡qué oportunidad perdida! La niñez es precisamente el momento en que nuestras hijas están formando sus identidades e imágenes propias, y divisando cómo es que encajan en el mundo. Si no lo cree, echele un vistazo al video producido por Plaza Sésamo en la cual la jueza de la Corte Suprema, Sonia Sotomayor, le habla a la marioneta, Abby, acerca de profesiones.
"Princesa" no es una profesión, dice la jueza, pero las jóvenes pueden aspirar a mucho más que eso. Se pueden aplicar a cualquier profesión verdadera, dice.
He allí la real realeza latina.
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