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Foto: EFE

Decisión sin precedentes

En Estados Unidos las cuestiones de “raza” todavía cuentan. Y en estas condiciones, los grupos minoritarios normalmente son los llamados a perder dentro de…

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“Escucho sus clamores por justicia, no paz”, puntualizó Marilyn Mosby, procuradora estatal de la ciudad de Baltimore.  Una vez de hacer las explicaciones pertinentes, Mosby, de raíces afroamericanas, imputó a los seis policías que fueron involucrados en la muerte de Freddie Gray.

De haber sido una procuradora o un procurador anglo, lo más probable es que estas acusaciones nunca se hubieran llevado a cabo, a pesar de que tres de los seis imputados no son de origen europeo-norteamericano.  Y es importante recordar que Mosby, no fue nombrada por el gobernador del estado de Maryland sino que tuvo que ser elegida por el electorado de su distrito.

Lo anterior nos lleva a concluir que, en Estados Unidos las cuestiones de “raza” todavía cuentan.  Y en estas condiciones, los grupos minoritarios normalmente son los llamados a perder dentro de una cultura, costumbres, leyes dominadas por la gente de origen europeo-norteamericano.

Esta protección a este grupo étnico-nacional no es natural, ni mucho menos es una coincidencia del destino.  Los europeos-norteamericanos siempre han tratado de mantener una hegemonía frente a los grupos minoritarios en la sociedad norteamericana.  Esto explica el hecho de que los puestos de trabajo en las dependencias públicas del Estado –municipales, estatales y federales—, especialmente los más remunerables, están colmados por las etnias dominantes europeo-norteamericana.

A pesar de que en muchas ciudades y distritos hay una población mayoritaria de minorías étnicas, sus instituciones públicas el grupo dominante.  Esto sucede en los departamentos de policías, en las universidades, los colegios comunitarios, los distritos escolares; en general, en la mayoría del sector público.

Más aún, si el jefe de estas instituciones públicas es de ascendencia europeo-norteamericana, éste a menudo trata no solamente de resguardar el mismo orden étnico, sino que sus decisiones tienden a proteger a los de su grupo social.

En la ciudad de Ferguson, Missouri, Thomas Jackson, jefe de policías de ascendencia europea-norteamericana, hizo lo que pudo para distorsionar y beneficiar al policía Darren Wilson, quien disparó varias veces contra Michael Brown, un joven afroamericano que, minutos antes, había robado unos cigarrillos de una pequeña tienda comercial.

A unos tres meses del trágico incidente, un jurado dominado por europeos-norteamericanos decidió no imputar cargos penales contra Wilson, a pesar de que hubo prueba de abuso de autoridad en la muerte de Brown.  Nueve de los doce jurados fue de ascendencia europea-norteamericana.

Sin embargo, la decisión del jurado fue prácticamente condicionada por Robert McCulloh, procurador del contado de Saint Louis y también de ascendencia europea-norteamericana.En vez de imputar cargos contra Wilson, permitió que un jurado decidiera en base a leyes que, estructuralmente, favorecen al grupo dominante.  “No juzguen a los jurados, juzguen a la ley”, dijo McCulloh sarcásticamente. 

Entonces, la decisión de la procuradora Mosby de acusar a los seis policías implicados en la muerte de Freddy Gray en Baltimore crea un precedente significativo en la sociedad norteamericana.

El hecho de pertenecer a un grupo minoritario, muchas veces permite al servidor público a ver una situación legal en forma más objetiva.  Nuestras instituciones públicas necesitan de más diversidad étnica-nacional para que no ocurran injusticias

Dr. Humberto Caspa es profesor e investigador de Economics On The Move.