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¿De quién es la culpa?

Una verdadera tormenta conmocionó a la ciudad de Lincoln, Nebraska en 1996: el choque de dos culturas, la occidental y la musulmana, tuvo repercusiones…

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Una verdadera tormenta conmocionó a la ciudad de Lincoln, Nebraska en 1996: el choque de dos culturas, la occidental y la musulmana, tuvo repercusiones internacionales. Los dos iraquíes argumentaban que el casarse con niñas menores de 10 años en matrimonios arreglados por los padres es una tradición milenaria que todavía se observa en gran parte del mundo musulmán. "Estamos realmente consternados por la acusación de violar a nuestras esposas que ha hecho la policía. Somos inocentes. No conocemos las leyes estadounidenses. No sabíamos que la mujer tiene derecho a negarse a tener relaciones sexuales".

¿Quién tiene la obligación de informar a los refugiados los derechos y obligaciones que adquieren al cambiar de patria? El gobierno federal estadounidense contrata a una agencia de asistencia social privada para conseguir alojamiento a los refugiados de guerra, ayuda económica y médica y dar una orientación general, pero la agencia declaró: "No está dentro de nuestras atribuciones el instruir sobre la legislación del país. Es deber de los refugiados conocer y obedecer las leyes".

¿Matrimonio o violación? Cuando los refugiados recibieron un curso intensivo sobre la legislación estadounidense en relación con los derechos de la mujer, desconocidos para ellos en el ámbito cultural de su país de origen, respondieron: "Somos inocentes. No sabíamos que la mujer pudiera tener derechos, y menos aún decirle no al marido". Más extraño les será el juicio público a base de jurados: ante ellos tendrán que responder un extenso cuestionario sobre la forma criminal del ultraje de que hicieron objeto a las esposas. La policía informó que no sólo fueron consumados los dos matrimonios sino que los maridos obligaron con lujo de fuerza a las esposas niñas a cumplir con la 'obligación matrimonial'. En Nebraska la ley prohíbe la actividad sexual entre una persona mayor de 18 años y una menor de 16, independientemente de que exista consentimiento o no.

El fiscal declaró a la prensa: "El desconocimiento de la ley no es una excusa: los iraquíes enfrentarán una condena de 50 años". El caso fue publicado en primera página a ocho columnas en los principales diarios de Iraq. Los abogados de los maridos de las niñitas recibieron un alúd de donativos de Arabia Saudita para la defensa.

El Islam considera que Mahoma es un siervo fiel a Alá, el Maestro y el Camino Recto, luz que ilumina el camino hacia Alá. Mahoma, modelo de virtudes, se desposó a los 57 años con Aisha, de 6 años, y supo contenerse hasta que la niña cumplió 9 años para tener relaciones maritales con ella. Por tal motivo, siendo el profeta Mahoma digno de admiración y basándose en que él, tal como reza el Corán, es un hombre perfecto y modelo a seguir por todos los musulmanes, la comisión de Asuntos Jurídicos de Majilis, en el Parlamento iraní, informó a la prensa que la ley que prohíbe casarse con niñas menores de 10 años es "anti-islámica e ilegal".

Según las estadísticas recientemente publicadas en las últimas semanas más de 75 niñitas menores de 10 años fueron obligadas a casarse con hombres adultos o ancianos. Los líderes islamistas de Irán argumentan a favor de permitir que niñitas puedan casarse antes de los 10 años (antes de la Revolución Islámica no se permitía casarse a las niñas menores de 16 años). Hoy el Comité Jurídico de la Asamblea Consultiva tratará de cambiar la legislación vigente para permitir que las niñas menores de nueve años puedan contraer matrimonio. ¿Pederastia?

¿De quién es la culpa? Se dice que se trata de tradiciones antiquísimas que es imposible erradicar. Algunos aseguran que la culpa es de los antiguos filósofos por considerar a la mujer un ser inferior por su misma naturaleza 'defectuosa', incompleta; inclusive dudaban que tuviera alma. Otros argumentan que la culpa la tienen las religiones, por no reconocer la igualdad y la dignidad de la mujer.

En realidad la culpa la tenemos todos: es mayor nuestro interés por las ballenas, los delfines, las mariposas monarca y las especies en extinción que por las niñas y las mujeres que aún en pleno Tercer Milenio se encuentran todavía bajo la lápida de la opresión.