Cuando la comida mata
La muerte de 31 personas en Europa debida a una cepa poco conocida de E. coli ha generado alarma en todo el mundo, pero no debería sorprendernos. Nuestra…
Se
hospitaliza a 325,000 personas cada año en Estados Unidos debido enfermedades
transmitidas en los alimentos y 5,000 mueren, según los Centros para el Control
y la Prevención de Enfermedades. La comida mata a una persona cada dos horas.
Tenemos
un sistema de agricultura industrial que es una maravilla para producir alimentos
baratos, pero sus cabildeadores bloquean las iniciativas para hacer que sean
más seguros.
Quizás
el aspecto más vergonzosos de nuestro sistema agropecuario es la forma
imprudente en la que se les meten antibióticos a animales de por sí sanos para
que crezcan más rápido.
La FDA
reportó hace poco que 80% de los antibióticos de Estados Unidos es para el
ganado, no para los humanos. Y se administra 90% de los antibióticos para el
ganado en el alimento o el agua, típicamente para animales sanos a fin de evitar
que enfermen cuando están confinados en miserables condiciones de hacinamiento.
El solo
estado de Carolina del Norte usa más antibióticos para el ganado que todo
Estados Unidos en humanos.
Este
uso displicente de antibióticos de bajo nivel crea el perfecto caldo de cultivo
para los patógenos resistentes a ellos. El resultado es que los padecimientos
se pueden volver bastante intratables.
Nunca
pensaríamos en tratar de mantener sanos a nuestros hijos agregando antibióticos
al agua de los bebederos escolares, porque sabemos que ello criaría bacterias
resistentes. Es inconcebible que la agroindustria haga algo parecido con el
ganado.
Louise Slaughter,
la única microbióloga en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, ha
peleado una batalla solitaria para detener esta práctica, pero los intereses
agroindustriales siempre han bloqueado su legislación. "Estas estadísticas
cuentan la historia de una industria que hace un mal uso desenfrenado de los
antibióticos en un intento por ocultar las condiciones de suciedad, poco
sanitarias, en que viven los animales para mantenerlos sanos, están haciendo
que nuestras familias se enfermen más al propagar esta cepas fatales de
bacterias".
Uno de
los patógenos más comunes, resistentes a los antibióticos, es el MRSA, que
ahora mata a más estadounidenses anualmente que el sida, y suma muchísimos
costos al gasto médico de Estados Unidos. El MRSA tiene muchas variantes, y una
de las formas más benignas ahora se ha propagado a las granjas porcinas y entre
personas que manejan cerdos.
Otros
países se están movilizando para prohibir que se administren antibióticos en
los alimentos del ganado. Sin embargo, en Estados Unidos, los cabildeadores de
la agroindustria controlan al Congreso.
Necesitamos
más inspecciones integrales en el sistema alimentario, más pruebas para
detectar cepas adicionales de E. coli, y más educación a la población (siempre
hay que lavarse las manos después de tocar carne cruda, y no usar la misma
tabla para cortar carne y vegetales). Un gran lugar para comenzar las reformas
sería prohibir la incorporación de antibióticos en el alimento del ganado sano.
© 2011 The
New York Times News Service
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