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Chicas en apuros

La opinión pública ha atacado severamente a la industria de la moda por su afán de idealizar a modelos de 'proporciones anoréxicas'. Si hace algunas décadas…

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La opinión pública ha atacado severamente a la industria de la moda por su afán de idealizar a modelos de 'proporciones anoréxicas'. Si hace algunas décadas protestaron vehementemente por la 'flaquencia' de la famosa modelo Twiggy, hoy las nuevas modelos son de una esbeltez aún más dramática: su aspecto es francamente decadente. Las modelos de portada son tan frágiles y huesudas que dan la impresión de estar a punto de romperse en mil pedazos.

El idealizar la muñeca 'Barbie' como el modelo de figura femenina fomenta en muchas mujeres cierto desprecio por su propio cuerpo: muy pocas jóvenes de la vida real poseen una estatura de 1.75 mts., un peso de 45 kgs. y las proporciones de la Barbie. En la última década hemos sido testigos de cómo los estereotipos de la moda han construido una imagen totalmente diferente a la vida real. Gracias a los medios y la publicidad, tenemos el concepto de que un cuerpo perfecto y bonito es aquél que luce extremadamente delgado, lo cual ha originado en millones de adolescentes del mundo padecer algún trastorno alimenticio.

Una espigada modelo de 15 años sufre los estragos de la anorexia: se ejercita hasta la extenuación total y se abstiene de comer al grado de casi morir de hambre; es una verdadera obsesión bajar de peso. A pesar de su figura exageradamente estilizada, la chica se siente y se ve a sí misma obesa. La compañera de cuarto, otra modelo de bellas facciones y de aspecto desnutrido, padece bulimia, desorden que la lleva a ingerir una cantidad exagerada de alimentos y el sentimiento de gran culpabilidad y repulsión al aumento de peso la obliga a devolver los alimentos lo más pronto posible. Su vida se convierte en una pasión por comer y correr a vomitar a escondidas. Tanto la anorexia como la bulimia se relacionan con problemas psicológicos de baja estima.

¿Baja estima en chicas hermosas del Primer Mundo? Los críticos sostienen que en una sociedad que mide el valor de la mujer por su belleza física, las chicas que han crecido con una falta de seguridad personal reciben un verdadero bombardeo cultural que influye en bajar peligrosamente el nivel de autoestima. Son pocas las que logran ese 'look' y muchas las que lo intentan y fracasan. La anorexia y la bulimia se han convertido en dos de los problemas más fuertes del sector salud a nivel internacional: la tasa de muerte en todo el planeta a causa de alguna de estas enfermedades representa el ocho por ciento del total de decesos ocurridos en todo el año.

Pese a que varias asociaciones luchan día a día por la erradicación de dichos estereotipos de belleza, existen agencias de modelos que reclutan a jovencitas que están en tratamiento. El Centro de Desórdenes Alimenticios de Estocolmo denunció que varios cazatalentos del mundo del modelaje se acercan a las adolescentes que padecen delgadez extrema –muchas de ellas en silla de ruedas pues no tienen la suficiente fuerza para mantenerse de pie– las abordan cuando las chicas salen de consulta y les proponen integrarse a una agencia de modelos. ¡Reciben halagos por su delgadez y una oferta de trabajo!

En un momento privilegiado en la historia en que la mujer ha probado su valor en la sociedad y en las distintas profesiones, los multimedios y arte moderno se empeñan en representar a jóvenes famélicas, débiles, de mirada vacía. Canciones, películas, teatro, revistas y libros proyectan a la adolescente degradada por sus adversarios: víctima pasiva del mal trato, abuso y violación, en total indefensión. 

Es de alto riesgo el circular imágenes de niñas como víctimas impotentes. Los críticos del arte moderno apuntan que la cultura popular tiene el poder de reflejar actitudes tanto como el de crearlas. Una cultura que le dice a las chicas que son y serán irremediablemente víctimas de la sociedad, no es mejor que aquella que las representa como objetos sexuales.

Mary Pipher, autora del libro La Resurrección de Ofelia, habla sobre cómo rescatar el alma de las jóvenes adolescentes. Sostiene que las chicas están en apuros: el sufrimiento es extremo y universal. La presente obsesión de la anorexia y la bulimia obedece en parte a la glorificación de la joven esquelética y larguirucha que aparece en los desfiles de moda y en la portada de las revistas, así como en diversas manifestaciones de arte moderno.

El arte es importante para el espíritu. Una sociedad sin arte es una sociedad sin alma. El sentido de belleza femenina ha sido modificada por el arte moderno. El verdadero arte a través de la historia siempre ha sido fuente de inspiración y siempre será poderoso: influye fuertemente en los sentidos y en el intelecto. Sin embargo, su fuerza subliminal puede inspirar o destruir.