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Foto: Pixabay

Bastaron seis segundos

Los tornados con grado 5 en la escala de Fujita pueden destruir edificios y arrastrar zonas de pastos y sembradíos sobre troncos de árboles y postes…

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¿Cómo evitar que se formen los tornados?  Imposible. No hay forma de prevenirlos; los tornados son fenómenos naturales. Hasta la fecha no se conoce mecanismo alguno para disipar o evitar la formación de huracanes o tornados. Lo que sí puede hacerse es predecir la trayectoria de un huracán y alertar a la población cercana para que pueda protegerse.
Les llaman “Supercélulas” a las nubes más poderosas y destructivas que existen en la tierra: una inmensa tormenta en rotación. Pueden durar varias horas o unos segundos. Estas tormentas son las más propensas a producir tornados de larga duración y pedazos de granizo del tamaño de una naranja. El cielo se va oscureciendo y las nubes comienzan a girar como si fuesen un remolino. Los tornados son el fenómeno climático más destructivo y poderoso del mundo. Estos pueden variar en intensidad y alcanzar velocidades de viento de 480 Kms. por hora por 75 metros de ancho. Los tornados con grado 5 en la escala de Fujita pueden destruir edificios y arrastrar zonas de pastos y sembradíos sobre troncos de árboles y postes telefónicos. El tornado en Cd. Acuña, Coahuila, fue grado 4. En seis segundos destruyó cientos de casas. Tiempo suficiente para catapultar a los tejados los vehículos particulares donde se registró el mayor número de muertos.
El alcalde, Evaristo Lenin Pérez River, declaró que no se tenía registrado un tornado en 110 años en la historia de la ciudad, y no contaban con infraestructura. Hizo un llamado de solidaridad a las instancias federales y estatales para apoyar a la gente afectada, gente de trabajo, de lucha, que deben sus casas, las cuales en seis segundos fueron reducidas a basura.
Aunque los tornados cubren zonas relativamente pequeñas en comparación con los huracanes el daño puede ser más grave. La destrucción inmediata de las casas causada por la columna de aire que rota se percibe de inmediato una vez que el tornado haya pasado, pero el daño a la naturaleza no suele ser tan evidente a simple vista.
Uno de los materiales más peligroso hecho por el hombre, el asbesto, se puede volver un riesgo luego de un tornado. La destrucción de casas y otras construcciones hechas de asbesto trae como resultado grandes cantidades de este material depositadas en el suelo y en la atmósfera. Además de ser sumamente tóxico para los seres humanos, es peligroso para la naturaleza y las especies nativas, dado que envenena su hábitat y fuente de agua. Los tornados pueden esparcir el asbesto a grandes distancias rompiéndolo en partículas pequeñas, casi invisibles, pero letales. Hay un peligro inmediato proveniente de los productos de limpieza, desechos de aceite de automóvil, pesticidas, herbicidas, pintura y adelgazador de pintura. Estos materiales químicos quedan expuestos luego de un tornado contaminando agua y suelo, creando un ambiente sumamente tóxico en ríos y lagos que afectan la flora y la fauna de la región durante años.
Una de las señoras que perdió su casa y todas sus posesiones, juntó las manos en una plegaria y dijo: “Señor, ¿serán necesarias las desgracias para que los humanos valoremos este paraíso terrenal que nos has regalado? Señor, mira cuántas personas buenas están aquí: todas solícitas, amorosas, tiernas. Mira cuánto me ayudan y se preocupan por mí. No conozco ni sus nombres pero cuánta bondad y deseo de servicio hay en sus ojos. Señor, si alguna vez dudé de Ti, perdóname: hoy no me queda la menor duda de Tu presencia: estás en todas partes, estás aquí, en medio de esta desgracia, entre personas que solo unos momentos antes eran extrañas para mí. ¡Qué increíble capacidad de amor y de servicio has puesto en el corazón humano! Señor, ¿te habré dicho alguna vez qué bella es la creación? ¿Te habré dado las gracias por los gloriosos amaneceres, por los increíbles crepúsculos, por las noches de luna, por las estrellas? Tal vez olvidé decirte gracias por el milagro de las rosas, el aroma de los jazmines y por los naranjos en flor. ¿Habré olvidado también darte gracias por el incalculable valor de tener una familia? ¿Y agradecerte el que me hayas dado maestros y amigos? He perdido todas mis posesiones, Señor, pero esta noche he confirmado que lo más valioso de la vida es gratis.”