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As we approach this year’s storm season, remember Ida’s lessons
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A medida que nos acercamos a la temporada de tormentas de este año, recuerda las lecciones de Ida

Los líderes locales tienen que aprender a pensar en términos de la gran escala de una cuenca hidrográfica para poder arreglar nuestros males de inundación.

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El Huracán Ida arribó tarde el pasado agosto y dejó un camino de destrucción que cubrió totalmente partes del sureste de Pensilvania y Nueva Jersey. La tormenta destruyó hogares, convirtió a las autopistas en ríos y mató a 30 personas. Aunque han pasado varios meses ya, las comunidades aún se siguen recuperando.

En una reciente mesa redonda en NJ Spotlight, se planteó la inevitable pregunta a los líderes del estado: ¿Cómo adelantarnos a la crisis por aguas de tormenta que acechan debido al cambio climático?

Hay que tener en cuenta que muchos sistemas en nuestros estados no fueron construidos para soportar las inundaciones repentinas que se han vuelto tan comunes. Las riberas de los ríos y los sistemas de drenaje se sobrecargan por encima de sus límites. Alcantarillas combinadas anticuadas expulsan residuos crudos hacia cuencas y arroyos. Las casas con daños por inundaciones se vuelven el paraíso para el moho que causa enfermedades a largo plazo.

Existen también otras amenazas menos visibles. Las inundaciones repetidas y contaminadas afectan el papel del río Delaware y sus afluentes de proveer agua potable, sostener la fauna silvestre y dar vida a los negocios locales.

Al respecto, la mejor lección que la Sociedad Americana del Litoral ha aprendido de trabajar en la Iniciativa de la Cuenca del Río Delaware (DRWI), una red de organizaciones que unen fuerzas entre los estados de Nueva Jersey, Pensilvania, Delaware y Nueva York para resolver los retos de hoy en relación con el agua, es que tenemos que pensar como una cuenca para encontrar soluciones que funcionen para todos en el largo plazo. Es decir, pensar en cómo las acciones que se hagan río arriba afectan a las comunidades en las partes bajas. Para esto, es necesario tratar con el gobierno como un medio y no como un obstáculo, y hacer inversiones en conjunto con otros estados y municipios que vean la interdependencia que existe entre la naturaleza, la comunidad y la economía.

Nueva Jersey en particular va por buen camino con su  Estrategia de Resiliencia Frente al Cambio Climático. Los reguladores del estado pueden y deben traer financiación federal a las municipalidades  para contribuir en la reparación de alcantarillas y calles descuidadas por mucho tiempo. Los servicios por aguas pluviales pueden ayudar a las comunidades a pagar por mejoras cruciales al sistema de aguas residuales de manera más confiable y predecible, en vez de sorprender a los residentes con subidas inesperadas en las tarifas. Agencias estatales ya están haciendo equipo con expertos en cuencas como los de la DRWI para ayudar a los líderes sobrecargados de los pueblos y ciudades a que sus planes maestros sean “a prueba de agua”.

Las reparaciones a infraestructura más efectivas siguen siendo las ecológicas. Nueva Jersey y Pensilvania deben seguir invirtiendo en reforestación, por ejemplo, para plantar árboles nuevos y reemplazar los que han muerto, y cuidar los humedales; estas soluciones son una protección poderosa contra las inundaciones. Los árboles ayudan a absorber el agua, lo que ralentiza las aguas durante tormentas fuertes (y son la mejor tecnología de absorción y climática que existe). También debería volverse casi un reflejo pensar en el balancear el uso de recubrimientos permeables e impermeables al construir nuestros vecindarios. Las superficies como las entradas y áreas de estacionamiento no pueden absorber el agua. El agua que no se absorbe en la tierra contribuye a la inundación; pero los bosques, los parques, los jardines de lluvia y otros tipos de “infraestructura verde” funcionan como una esponja natural.

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No importa cómo los estados y ciudades aborden nuestra nueva normalidad, tenemos que recordar que la justicia es primordial. Debemos garantizar que, cuando el dinero esté disponible para este trabajo de resiliencia al clima, los que han sufrido el mayor impacto —los que se dejan de lado por su raza o nivel de ingresos— tengan la palabra en cómo se debería distribuir. Las verdaderas soluciones no dejan a nadie atrás.

Nueva Jersey y Pensilvania conocen el camino hacia adelante en la resiliencia ante las inundaciones, y tienen amigos en la Iniciativa de la Cuenca del Río Delaware para guiar el camino. Ahora es el momento de que líderes y residentes unan fuerzas y se muevan a paso veloz hacia adelante. z

Para saber más sobre la Iniciativa de la Cuenca del Río Delaware, visite 4states1source.org

Autor: Tim Dillingham | @littoralguy

Director Ejecutivo, American Littoral Society

Miembro de la Iniciativa de la Cuenca del Río Delaware

 

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