Durante los últimos días, el presidente Donald Trump ha soltado todo tipo de amenazas si los Demócratas llegaran a ganar las elecciones de mitad de período en noviembre: “cambiarán todo lo que hemos hecho rápidamente”, “pondrán fin a todo”, “vendrá una ola de violencia”.

El pánico presidencial es tan sólo un síntoma de una realidad que se ha visto en los resultados electorales en las primarias, donde la participación de los votantes ha aumentado considerablemente, en especial a favor del Partido Demócrata.

Según reportó el Pew Research Center, alrededor de 13.6 millones de personas han participado en las elecciones hasta el momento, en comparación con los 7.4 millones que habían participado a estas alturas durante el 2014.

“Hasta la fecha, más de 9.9 millones de personas han votado en las reñidas primarias de la Casa Demócrata”, explica el centro. “Más del doble de las que votaron en dichas carreras en este momento en 2014 (menos de 4.3 millones). La participación en primarias republicanas también ha aumentado, pero de nuevo, menos que en las carreras demócratas: un aumento de alrededor de 1.2 millones de votos entre 2014 (5.7 millones) y este año (poco menos de 7 millones).

Con este panorama, no es difícil anticipar que los Demócratas realmente podrían ganar la mayoría en la Cámara de Representantes.

Pero, ¿Qué significaría esto en realidad?

Lo primero que se le ocurre a cualquiera es la posibilidad de un juicio político, aunque quizás lo realmente posible sea que los comités controlados por Demócratas en la Cámara lleven las investigaciones con respecto a “un amplio rango de historias negativas en la Casa Blanca de Trump”, según explica CNN.

Varios funcionarios de la Casa Blanca y del Partido Republicano dijeron al medio que las discusiones a puertas cerradas en la Administración han contemplado este tipo de escenario aunque sin tomarse muy en serio la posibilidad de un verdadero juicio político) pues la mayoría Demócrata en el Senado es inexistente.

Por el contrario, algunas fuentes explicaron que “las anticipadas llamadas a juicio político y audiencias conflictivas podrían galvanizar la base del presidente para las elecciones del 2020”.

Según explica Anthony Zurcher en su columna para la BBC, “la ola de mitad de período es un fenómeno recurrente en la política estadounidense”, donde “un partido consigue una combinación de más de 20 asientos en la Cámara de Representantes y en el Senado”.

Para Zurcher, el resultado de estas elecciones muestra, fundamentalmente, la popularidad del presidente actual y la aprobación de sus medidas económicas por parte del electorado, lo que en estas circunstancias pareciera poner la balanza en cero.

Sin embargo, lo que sí sería palpable en el caso de que los Demócratas recuperen el control del Congreso sería el bloqueo (casi absoluto) de la agenda legislativa republicana, quienes ya no podrán contar tan sólo con sus votos para hacer llegar propuestas a la mesa del presidente.

Asimismo, y según explicó Vox, las nominaciones del Presidente a puestos como la Corte Suprema de Justicia o su propio gabinete podrían ser obstaculizadas por el voto mayoritario Demócrata, haciéndole casi imposible al mandamás seguir haciendo lo que le plazca.