El Distrito 18 del Congreso en Pennsylvania se transformó en el epicentro de una batalla política fundamental el pasado martes cuando, después de años de control republicano, un joven demócrata de 33 años le quitó la batuta al partido rojo y ganó por un mínimo margen el voto popular.

Conor Lamb, ex fiscal y veterano de la Marina, elevó una campaña política de la nada, transformándose en una cara fresca para el Partido Demócrata, cuando más se necesitaba.

El puesto estaba disponible, después de que el Representante Tim Murphy (R) se viera forzado a renunciar por una presunta aventura amorosa extramarital, y Lamb fue electo como el candidato demócrata en la convención del partido el pasado mes de noviembre.

Con una campaña enfocada en la crisis de opioides, trabajos e infraestructura, atención médica asequible, la protección de Medicare y la Seguridad Social, la reformación del sistema de préstamos estudiantiles, entre otras, Lamb logró hacer llegar su mensaje a través de las intrincadas rutas rurales del distrito, consiguiendo hablar directamente a las necesidades de la población y tomando distancia del proselitismo político que emanaba de la multimillonaria campaña de su oponente.

Según explicaba Vox, “un partido republicano desesperado vertió dinero en la elección especial de la Cámara de Pennsylvania”, aún cuando el Presidente Trump había ganado ese territorio por 19 puntos durante la campaña presidencial.

Su caballo de Troya era el candidato Rick Saccone, quien representa el distrito 39 de la Cámara en el partido, y quien se transformó en el candidato preferido de los republicanos por sus posturas radicales en recortes de programas sociales para pagar la deuda federal del gobierno.

De la misma manera, Saccone se ha descrito a sí mismo como “Trump antes de que Trump fuera Trump”, según recuerda Reuters, y representa el ideal republicano al pie de la letra: anti-abortista, pro-armas, apoyó al candidato de Alabama Roy Moore cuando enfrentaba acusaciones por acoso sexual, se opone a los derechos sindicales e incluso apoyó la Reforma Fiscal del gobierno hasta que se demostró que era un asunto espinoso en medio de sus votantes, según explicó el Washington Post.

Cuando finalmente llegó el día, ambos candidatos vieron a sus votantes dividirse en grupos bastante parecidos en la decisión, dándole la victoria a Lamb con tan sólo 627 votos, pero marcando un hito importante en un territorio donde los Republicanos han ganado durante 15 años consecutivos gracias, en parte, a la manipulación política del mapa electoral que ha sido recientemente renovado por la Corte Suprema, pero que no entrará en vigor sino hasta el 15 de mayo. Es decir, los Demócratas le ganaron a los Republicanos en su propio juego.

A pesar de las presunciones que se gestaban alrededor de Lamb después de sus controversiales declaraciones contra la líder de la minoría en la Cámara, Nancy Pelosi, y tras haber confesado no ser partidario del aborto (posturas que le ganaron el apodo de “camaleón” por parte de su oponente) , el candidato ha demostrado ser una de las nuevas estrategias exitosas de un Partido Demócrata en proceso de transformación, y que podría barrer a los Republicanos de los órganos judiciales este año.

De nada sirvieron las donaciones multimillonarias a la campaña de Saccone o el errático discurso violento del presidente Trump a tan sólo días de la elección, la realidad de una batalla demócrata que avanza un distrito a la vez es inminente.

Aún faltan 24 puestos por ganar para los Demócratas este año para controlar la Cámara, pero este Distrito es una señal importante en las elecciones. “Estos resultados deberían aterrorizar a los Republicanos”, dijo el Director del Democratic Congressional Campaign Ben Ray Luján (D-N.M.), de acuerdo a USA Today. “Hay más de 100 distritos que son más favorables para los Demócratas que éste, y esperamos competir fuertemente en cada uno de ellos”.