¿Cómo impactaron las políticas migratorias del gobierno Trump en los resultados de las elecciones?
Las revelaciones de nuevas agresivas medidas fronterizas por parte del consejero Stephen Miller asustan a muchas familias y a un mediano margen de votantes.
Parece al fin que las crueldades cometidas en la frontera entre Estados Unidos y México, especialmente las relativas a familias y infantes separados, pasaron factura al presidente con la pérdida de un pequeño margen de indecisos que supuso la diferencia en el ajustado desenlace de las elecciones presidenciales.
La última barbaridad, no es ninguna sorpresa en un panorama en el que conviven conspiraciones como Qanon y discursos criptofascistas que uno de los consejeros más alt-right de Donald Trump, el californiano Stephen Miller, opte por añadir leña al fuego con las obscenas predicciones de un segundo mandato en el que recrudecer toda clase de medidas fronterizas.
En una entrevista telefónica realizada para NBC News, Miller aseguraba que limitarían los permisos de asilo y que perseguirían a las “ciudades santuario” expandiendo los límites de visitas. Su objetivo sería, simple y llanamente, aumentar cualquier tipo de criterio que asegure la impermeabilidad del territorio.
El principal temor que provocan tales medidas electorales es que puedan necesitar de un nuevo aparato legal, reformas que excluyan incluso a algunos de los que ya están habitando y trabajando ahora mismo en Estados Unidos. Modificaciones legales que, por cierto, luego son especialmente difíciles de deshacer y un rompecabezas para futuros gobiernos.
Rolling Stone informa que hasta la fecha 400.000 personas se han visto obligadas a abandonar los estados, 2.654 infantes han sido deparados de su familia y más de medio millón de personas ha quedado en un limbo legal. Resulta muy urgente mencionar, tal y como informa la revista VICE, de los centenares de casos de racismo y eugenesia que se producen en los CIE, abusos ginecológicos con abyectos criterios caducos fuertemente etnosupremacistas. Algo que no es ninguna noticia puesto que los planes eugenésicos más xenófobos del globo funcionan con campos de prueba en las distintas modalidades de centros para el internamiento de extranjeros que hay para desgracia de las democracias en todo el globo.
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Estas promesas funcionan tanto como propaganda como combustible para sus seguidores de extrema derecha que se han lanzado estos días a la calle. Los sectores más progresistas han puesto el grito al cielo desde el instante en el que aparecieran algunos de estos media planners pero, en términos políticos ese no fue nunca su público, así que vivían contentos con la furia de los rivales que les otorga réditos en términos de cuota de pantalla.
Pero existe un pequeño margen de población que modifica su intención de voto de unas elecciones a las otras, a estos es a quienes mayoritariamente se dirigen las campañas. Pero no solo estas, también las acciones influyen en el voto indeciso y la terrible gestión inhumana con los niños en las fronteras, recientemente expuesto de nuevo en Hatemonger: Stephen Miller, Donald Trump and the White Nationalist Agenda (Jean Guerrero, 2020), son acciones que no pasan desapercibidas a nadie.
Esa falta de solidaridad ha resultado un lastre enorme para su imagen para el pequeño margen de votantes indecisos e independientes, tal y como revela una encuesta publicada por Public Opinion Strategies. De entre toda esa maraña de maquiavélicas propuestas la que resulta más grave para hasta un 65% de los encuestados, especialmente para hombres y mujeres de zonas suburbanas, es la separación de familias en la frontera entre Estados Unidos y México.
Fueron al fin sus consejeros y actos de la alt-right los pequeños Ícaros que con tan aciagas predicciones terminaron por quemarse a sí mismos y a ese pequeño margen de votantes que marcó la diferencia en las ajustadas elecciones de este 2020.
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