Después de la muerte de Fidel Castro, la pregunta que ha estado sobre la mesa ha sido la de la posibilidad de la supervivencia de la isla y de la Revolución sin su líder, a pesar que desde el 2006 su hermano Raúl ha tomado las riendas del país.

Muchos se ampararon en la idea de que Raúl Castro podría mantener la estabilidad política del régimen, hasta que en diciembre del 2017 anunciara que renunciaría a la presidencia del país en abril del año siguiente, después de que “una nueva Asamblea Nacional tomara forma”.

Tras las elecciones parlamentarias, la isla espera el 19 de abril sus primeras elecciones después de la muerte de Fidel, y la primera vez que alguien fuera de su familia tomará el poder del país desde el triunfo de la Revolución en 1959.

Durante el mes de marzo, la BBC reportaba que las elecciones parlamentarias han sido la antesala de una “sucesión anunciada”, en un proceso político donde el Partido Comunista (PCC) es el único autorizado a participar.

Y Raúl ya nombró a su favorito: Miguel Díaz-Canel.

“El sucesor del presidente, de acuerdo con este sistema, es el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros. Lo que fue Raúl Castro con Fidel y lo que ha sido Díaz-Canel en los últimos años”, explicaba el analista cubano Rafael Rojas en un artículo citado por la BBC.

De la misma manera, el director de la revista cubana oficialista Temas, Rafael Hernández, explicó al medio que “sólo la prensa fuera de Cuba se le ocurre pensar que el sucesor pueda ser otro que Díaz-Canel”.

Según explicó el diario La Tercera, esta primera “transición intergeneracional” del régimen no es algo aleatorio ni improvisado. “De hecho, el 19 de abril no es una fecha casual, ya que ese día es el 57 aniversario de la victoria en Bahía de los Cochinos”, explica el medio.

Pero después de casi 60 años de régimen, muchos se preguntan si esto se trata de una verdadera transición.

Según reportó USA Today, “los expertos dudan de cuánto poder podría realmente ostentar Díaz-Canel y se preguntan si Castro seguirá dirigiendo el show como cabeza del Partido Comunista en Cuba”.

Frank Mora, director del Kimberly Green Latin American and Caribbean Center en la Universidad Internacional de Florida, sugiere que quizás la movida de Castro sea la de posicionar a un “joven líder para al menos dar la apariencia de que el régimen está cambiando con el tiempo”.

Para Mora, Cuba no saldrá del dominio de Castro hasta que el dirigente muera. “Él seguirá estando en el fondo, con su uniforme de cuatro estrellas”, aseguró.

Díaz-Canel ha sido descrito como “un verdadero creyente en la ideología Marxista-Leninista que formó las bases del gobierno de Fidel Castro”, según continúa el medio. “Apoyó los cambios marginales implementados durante los 12 años del gobierno de Raúl Castro, como permitir a los cubanos comprar y vender propiedades por primera vez, trabajar de manera privada fuera de la economía manejada por el estado y obtener un ligero acceso a computadores, teléfonos e internet”.

Pero la situación que “heredará” Díaz-Canel no es precisamente la más sencilla.

Según explicó el medio colombiano Portafolio, “la economía de estilo soviético de Cuba, azotada por los huracanes y afectada por la reducción de la ayuda proveniente de Venezuela, está en un estado deplorable”, sumándose a la reversión de los beneficios obtenidos durante el gobierno de Barack Obama y las nuevas posturas de la Administración Trump ante la isla.

Para los cubanos, el panorama es menos esperanzador.

“Espero que el nuevo presidente sea una persona joven, que comprenda los cambios sociales que están ocurriendo en el resto del mundo”, dijo Marta Deus, cofundadora de una empresa local, a Portafolio.

Según resume el medio, “después de seis décadas de lucha, hay una sensación generalizada de resignación, mezclada con débiles esperanzas de cambio a medida que la llamada generación histórica de ancianos líderes cubanos se hace a un lado”.