La investigación del fiscal especial Robert Mueller le pisa los talones al presidente Trump.

Después de que se emitieran órdenes en contra de Paul Manafort (ex director de campaña) y de Rick Gates (segundo al mando en la campaña presidencial de Trump) por conspiración y lavado de dinero, el presidente Trump ha asegurado que ninguna de las acusaciones tendría que ver con su campaña.

“Perdonen pero esto fue hace años, mucho antes de que Paul Manafort fuera parte de la campaña Trump. ¿Por qué no se enfocan en la corrupta de Hillary y los Demócratas”, escribió en Twitter el presidente, haciendo referencia a sus constantes acusaciones contra la candidata demócrata.

“Además, ¡no hubo colusión”, continuó Trump a través de su cuenta personal en la red social.

Desde hace meses el presidente y su administración han acusado a la candidata demócrata de haber conspirado con Rusia para orquestar una campaña deslegitimadora en su contra. Así lo reiteró la vocera de la Casa Blanca Sarah Sanders, durante su rueda de prensa el día lunes, rechazando cualquier nexo entre Manafort y el presidente Trump.

A pesar de que tanto Manafort como Gates se declararon no culpables de los cargos, George Papadopoulos, quien ejerciera como asistente de campaña en asuntos internacionales, se declaró culpable por perjurio ante los agentes federales que trabajan con el fiscal Robert Mueller en la investigación.

Papadopoulos confesó haber mentido ante los agentes del FBI sobre la naturaleza de sus interacciones con “ciudadanos extranjeros”, que consideraba tenían relación cercana con altos funcionarios en Moscú, según reportó The Guardian.

Frente a este nuevo escenario, tanto el presidente como su administración aseguraron que el rol de Papadopoulos dentro de la campaña fue “limitado” y “voluntario”, habiendo tenido muy poco o ningún contacto con el presidente.

Pero la evidencia demuestra lo contrario.

Una “declaración de ofensa” publicada por la oficina del fiscal especial determinó que “alrededor del 31 de marzo del 2016), Papadopoulos asistió a una reunión de seguridad nacional con Trump y otros asesores, en la cual, y según su declaración “se pretendía coordinar una reunión entre el entonces candidato Trump y el presidente ruso Vladimir Putin”.

Asimismo, el asesor explicó haber forjado nexos con un profesor en Londres, quien tendría “conexiones sustanciales” con funcionarios del gobierno ruso, y quien le habría ofrecido información incriminadora de la candidata demócrata Hillary Clinton, en forma de “emails”.