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Ronald Mortensen es el nominado para el Buró de Refugiados. Fuente: https://www.adl.org/
Ronald Mortensen es el nominado para el Buró de Refugiados. Fuente: https://www.adl.org/

Ronald Mortensen, un racista “profesional” nominado al buró de Refugiados

La nominación de Ronald Mortensen como Secretario del Bureau de Población, Refugiados y Migración es la prueba irrefutable de que en la era Trump no hay…

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En otras ocasiones, la Administración Trump ha sido conocida por la nominación de candidatos a puestos públicos sin la consideración de sus capacidades para el cargo.

Pero la nominación del pasado viernes de Ronald Mortensen al puesto de Secretario Asistente de Estado para el buró de Población, Refugiados y Migración es una movida mucho más delicada.

Mortensen posee una trayectoria en el Servicio de Extranjería, habiendo trabajado para la Agencia de Desarrollo Internacional en la Oficina de Asistencia para Desastres Extranjeros (USAID/OFDA), y posee experiencia en misiones diplomáticas en Francia, Australia, Canadá, Gabón, Mauritania y Chad, según la descripción del documento oficial de la Casa Blanca.

Si bien a todas miras el señor Mortensen pareciera ser el candidato ideal para el puesto, sus posturas radicales en cuanto a inmigración le transforman en peón ideal para la campaña anti-inmigratoria de la Casa Blanca.

Según explicó The Atlantic, Mortensen ha llevado a cabo un trabajo de investigación semi-profesional dentro del conocido Center for Immigration Studies – grupo de reflexión radicado en Washington que apoya la reducción de la inmigración en Estados Unidos – donde ha publicado continuamente artículos en los que “conecta la inmigración ilegal con el robo de identidad y el aumento en las tasas de criminalidad”.

Mortensen “se ha focalizado contra los Dreamers, quienes fueron traídos al país cuando niños sin documentación, ha criticado los esfuerzos para reformar el sistema de inmigración y ha atacado específicamente a los senadores John McCain y Marco Rubio, la iglesia mormona y a los líderes evangélicos por su apoyo a dichos esfuerzos”.

Según dijo Anne Richards – quien ocupara el cargo al que ahora es nominado Mortensen entre el 2012 y el 2017 – al medio,  “Creo que es alarmante ascender a personas que son tan fuertemente anti-inmigrantes, cuando el trabajo requiere crear puentes con otros países y trabajar para ayudar a personas con necesidades alrededor del mundo”.

Para Richards, es una paradoja tácita el “ser hostil” a personas nacidas en el exterior. “Para dirigir un programa de reubicación de refugiados es muy importante que la persona aprecie la tradición estadounidense de ser un hogar para refugiados e inmigrantes y que quiera llevar a cabo ese trabajo en vez de destruirlo”.

Sin embargo, los comentarios de Mortensen en sus publicaciones indican precisamente que su misión estaría encaminada a perpetuar la estigmatización y el rechazo a la comunidad inmigrante.

Muestra de ello fue su columna para el diario The Hill, en la que aseguraba que las actividades delictivas cometidas por inmigrantes “rutinariamente se barren debajo de la alfombra para proteger el mito del extranjero ilegal que respeta la ley. Sin embargo, cuando se les empuja, incluso los partidarios más fuertes de los extranjeros ilegales se ven obligados a reconocer que la gran mayoría de los extranjeros ilegales cometen delitos múltiples.”

Mortensen llega incluso a argumentar, con la maestría típica de quien está acostumbrado a la investigación, que los datos recopilados por medios liberales tan sólo “justifican” el hurto de identidad para explicar las contribuciones fiscales de los inmigrantes.

La nominación de este personaje resulta pues una actualización en las estrategias administrativas del gobierno para sofisticar la retórica anti-inmigrante, superando los escollos previos de funcionarios militantes, y pasando a la contratación de racistas “profesionales”.