El jueves 14 de abril, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, promulgó una intensa medida antiabortista que prohíbe el procedimiento después de las 15 semanas de embarazo, sin excepciones por agresión sexual, incesto o tráfico de personas.

La legislación, que entrará en vigor el 1 de julio, sí permite excepciones en los casos en los que la vida de la embarazada esté en riesgo o si se detecta una anomalía fetal y dos médicos lo confirman por escrito.

Este proyecto de ley convierte a Florida en el último estado liderado por los republicanos en avanzar en la prohibición del aborto de 15 semanas en esta sesión. El martes 12 de abril, el gobernador de Oklahoma, Kevin Stitt, declaró ilegal la realización de un aborto, con una excepción sólo en caso de emergencia médica. 

Al día siguiente, la legislatura de Kentucky anuló el veto del gobernador Andy Beshear a un proyecto de ley que prohibiría la mayoría de los abortos después de las 15 semanas de embarazo. 

Junto con todos los proyectos de ley antiabortistas que están ganando terreno en todo el país, la longevidad de la histórica decisión del Tribunal Supremo Roe v. Wade de 1973 está en grave peligro. 

El alto tribunal parece dispuesto a confirmar la ley de Mississippi que prohíbe el aborto después de las 15 semanas, y Roe V. Wade también pende de un hilo. El grupo de jueces, ahora de mayoría conservadora, ha dado esperanzas a los activistas provida. 

Antes de que DeSantis firmara la ley, el Estado del Sol permitía el aborto hasta el segundo trimestre del embarazo, lo que lo convertía en uno de los estados más permisivos del sureste.

Por ello, muchas mujeres de estados vecinos viajaban a Florida para someterse al procedimiento, y muchos defensores de la aboción dicen que los cambios en la ley estatal tendrán repercusiones en toda la región. 

"Estamos aquí hoy para defender a los que no pueden defenderse. Esto representará las protecciones más significativas para la vida que hemos visto en una generación", dijo DeSantis el jueves en una conferencia de prensa en Kissimmee, rodeado de legisladoras, defensores de la vida y niños. 

La ley llega apenas unos días después de que un juez del tribunal de circuito de Tallahassee dictaminara que el estado puede exigir un período de espera de 24 horas para realizar el procedimiento, poniendo fin a una batalla legal de siete años. 

Cuando el Senado estatal aprobó el proyecto de ley por 23-15 el 15 de marzo, los legisladores demócratas, muchos de los cuales compartieron dolorosas historias de mujeres que optaron por abortar un embarazo después de sufrir un trauma, se mostraron desolados. 

La senadora estatal Lauren Book abogó por una enmienda que permitiera una exención para las mujeres que se quedaran embarazadas como resultado de la violencia sexual. 

Book, que también fue víctima de una agresión sexual, rompió a llorar en el hemiciclo cuando el cambio propuesto fue rechazado por la cámara de mayoría republicana. 

Los demócratas de Florida, que lucharon sin descanso para añadir una exención por violencia sexual a la prohibición, están más que decepcionados y frustrados con la decisión del estado.

En una declaración publicada el jueves, el senador Book dijo que DeSantis ha robado a las mujeres sus derechos constitucionales a la autonomía reproductiva.

"Condenar a las víctimas de violación, incesto y tráfico de personas a llevar un embarazo no deseado resultante de su asalto es un castigo cruel e inusual que no hace otra cosa que apalear los derechos y el bienestar de las mujeres", dijo Book, añadiendo que Flordia nunca será "libre" mientras sus legisladores den la espalda a los derechos de las mujeres y de las víctimas de la violencia.