El futuro de la energía: qué tanto podemos hacer sin petroleo
La países petroleros dice que es una locura pensar en un mundo sin hidrocarburos, mientras que otros consideran que ya estamos tarde hacia la transición.
Colombia está hoy en medio de un debate: su compañía más grande, Ecopetrol, que vendió el año pasado 143 billones de pesos (unos US$35.000 millones) ha registrado una caída histórica en su valorización en bolsa. La acción de la firma pasó de US$19,5, su máximo en los últimos tres años a solo U$9 en la última jornada del viernes.
Este cambio se dio luego de que JP Morgan redujera la calificación de Ecopetrol para su portafolio guía a “Underweight”. Las razones son claras: Estamos rebajando la calificación de Ecopetrol a Underweight para tener en cuenta el difícil entorno actual en Colombia. Dicho escenario está impulsado principalmente por: (a) un entorno geopolítico turbio, marcado por constantes bloqueos y paros liderados por grupos guerrilleros; (b) márgenes downstream presionados, que reflejan la dificultad de la compañía para subir los precios del combustible, especialmente a la luz de la reciente huelga de camioneros contra la subida de precios; (c) un potencial conflicto de agencia, especialmente teniendo en cuenta la negativa de la compañía a unirse a los activos Shale CrownRock; y (d) una producción limitada, impactada por los paros mencionados. En consecuencia, rebajamos EC a Underweight y establecemos un precio objetivo a Dic-25 de 8,50 $/ADR. Vemos a la empresa cotizando a 3,5x 2025 EV/EBITDA”.
El anunció cayó como un baldado de agua fría entre las directivas de la firma y los críticos arreciaron contra la que consideran una política completamente equivocada del Gobierno de Gustavo Petro frente al futuro energético del país.
Dentro de los argumentos de JP Morgan figuran el caso “CrownRock”, un proyecto de fracking en Estados Unidos al que Ecopetrol dijo no, por una directriz presidencial. Cumplir la palabra del Presidente Petro no solo viola todos los criterios de buen gobierno (la junta directiva ya había aprobado el proyecto) sino también que señala un camino drástico en materia de transición energética. La Petrolera Estatal Colombiana dirá adiós al producto que le da su nombre, pues el Gobierno Petro ha dicho que la firma debe abandonar la explotación de petróleo y dar el giro hacia las energías alternativas. Una cosa que no ocurre de la noche a la mañana.
Este se ha convertido en un debate que genera muchas tensiones e interrogantes.
Justamente, según reporto la Agencia AFP, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) calificó de "fantasía" la salida de los combustibles fósiles y auguró que la demanda de crudo seguirá creciendo al menos hasta 2050, una fecha simbólica en la lucha contra el cambio climático.
Estas afirmaciones estaban incluidas en el informe anual sobre las perspectivas de la demanda mundial de petróleo que realiza este cartel petrolero todo los años. Según la AFP, la OPEP prevé que la demanda de crudo crezca 17% entre 2023 y 2050, de 102,2 millones de barriles diarios (mbd) a 120,1 mbd.
Eso es lo que para muchos críticos del Presidente Petro resulta un sin sentido: ¿por qué perderse esta posibilidad de negocio que le dará una gran cantidad de divisas a su país, por un asunto estrictamente ideológico?
En su intervención en la ONU, Petro dejó las coordenadas de la discusión: “Si la riqueza la medimos en CO2 emitido y no en dólares, tenemos la respuesta: el 1% más rico de la humanidad es responsable de la crisis climática que avanza y se opone a acabar el mundo del petróleo y del carbón, porque es su propia fuente de riqueza. Los políticos, incluidos los presidentes de los países más poderosos de la tierra, simplemente les obedecen.
La Opep también revisó significativamente al alza sus previsiones para 2045 y augura ahora una demanda de 118,9 mbd, frente a los 116 mbd de su informe anterior.
"Estas previsiones subrayan que la fantasía de la salida gradual del petróleo y el gas no está en consonancia con la realidad", apunta la organización, liderada por Arabia Saudita y que suele ser crítica con las medidas para acelerar la transición energética.
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Estas previsiones parecen ir en sentido contrario a las de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que prevé un pico en la demanda de todos los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) este misma década, tras lo cual descendería debido al coche eléctrico y al impulso de las energías limpias.
El año pasado, la conferencia sobre el clima de la ONU en Dubái (COP28) acordó abandonar gradualmente los combustibles fósiles y triplicar para 2030 la capacidad de las renovables.
El objetivo es lograr la neutralidad de carbono en 2050, siguiendo las recomendaciones de los expertos en clima.
La OPEP prevé también que la demanda combinada de energía eólica y solar se quintuplique en el período 2023-2050. También aumentará la demanda de gas, en menor medida, y solo disminuirá la de carbón, según las previsiones del cartel.
La organización cita entre los principales factores que alimentan la demanda de petróleo y de energía en general el aumento de la población mundial, que podría pasar de los 8.000 millones actuales a 9.700 millones en 2050.
Por sectores económicos, "la demanda adicional más fuerte durante el período de pronóstico se espera en los sectores petroquímico, de transporte por carretera y de aviación", apunta el informe.
A pesar del auge de los coches eléctricos, la OPEP cree que los vehículos térmicos "deberían seguir dominando el transporte por carretera".
El debate sobre la transición energética sigue abierto: quién tiene la razón, quienes consideran que la catástrofe planetaria ya es inevitable o quienes dicen que aún la humanidad puede dar este paso hacia una forma de vivir más sostenible.
CON INFORMACIÓN DE LA AGENCIA AFP.
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