Aunque varias ciudades de México continúan en la fase roja debido a COVID-19, la gente ha utilizado las altas temperaturas como excusa para salir de sus casas, ir a la playa y disfrutar del clima. 

Tal es el caso de los turistas en Puerto Morelos, Quintana Roo. A pesar de que las costas permanecen cerradas, acuden en masa a las playas públicas como si se tratara de unas vacaciones cualquiera.

Aunque las playas de Quintana Roo siguen cerradas debido a la fase de reapertura en la que se encuentran, locales y turistas han encontrado una manera de saltar las vallas y colarse.

Debido a esto, un hombre vestido de "Santa Muerte" ha decidido caminar por las playas como un recordatorio amistoso de la situación que el mundo está viviendo o, al menos, recordando a la gente sobre los protocolos de salud implementados por el gobierno que se deben seguir.

El gesto es una medida para asustar a la gente y ayudar a reducir el contagio.

El hombre camina por la playa intentando crear conciencia entre la gente que pasa el rato para que se den cuenta de lo mal que está la situación y lo cerca que en verdad están de la muerte.

Parece que la gente ha perdido la perspectiva de la situación al pensar que el número de muertes por COVID-19 es sólo un número, dejando de lado el valor de la vida misma.

Mientras que algunos de los turistas y los locales apreciaron el esfuerzo, otros lo ignoraron e incluso se tomaron fotos con el hombre disfrazado de muerto.

En algunas de las fotos, está claro que mucha gente ignora los protocolos de salud sin llevar máscaras o mantener la sana distancia entre ellos y la "Santa Muerte" (literalmente). 

Aunque el gesto pueda parecer gracioso, la verdad es que tiene un significado más profundo que trata de hacer que la gente sea consciente de la dura situación.

Algo similar sucedió en Florida hace un par de semanas con Daniel Uhlfelder, un abogado que caminó por las playas vestido de la Parca como un espectáculo de protesta contra la reapertura, que él creía prematura.

El 2 de agosto, Quintana Roo superó las 1.000 muertes, con México representando más de 47.000, como uno de los cinco primeros países por las muertes de COVID-19.

Es irónico que la gente siguiera estrictamente las normas de higiene y se quedara en casa justo al principio de la pandemia. 

Pero que, sin embargo, tan sólo unos meses después, cuando las cosas están peor que nunca, la gente esté cansada de seguir las normas y haya decidido salir, tirando a la basura los meses que permanecieron en cuarentena.