El proyecto de ley conocido como “Bathroom Bill”, pretendía exigir a los individuos transgénero utilizar los baños públicos que correspondieran con su género de nacimiento y no con el género con el que se identifican, pero la presión de líderes empresariales y grupos de derechos civiles, lograron que la medida fuera bloqueada por Republicanos moderados en la Cámara.

Según reportó USA Today, es la segunda vez que este tipo de restricciones fracasan en su intento de aprobación en Texas, perdiendo el impulso tras la derogación de una ley similar en Carolina del Norte durante el mes de marzo.

A pesar del apoyo con el que contaba la ley – incluyendo el del gobernador y el ala conservadora – la ley fue refutada por empresas como Amazon y Exxon Mobil, quienes estimaron que la medida costaría cientos de millones de dólares al estado.

“Texas habría perdido hasta 5.6 mil millones de dólares para el año 2026, de haber aprobado esta ley”, sentenció la Texas Association of Business, el grupo empleador más grande del estado, según reportó Reuters.

El vocero de la Cámara, Joe Straus, quien controla la agenda del órgano, aseguró que “el asunto no era una prioridad”. Su posición reforzó la campaña de las corporaciones influyentes, quienes argumentaban que la medida complicaría el proceso de reclutamiento de trabajadores de gran talento.

Para el gobernador Republicano Greg Abbott, este fracaso es sinónimo de una re-elección poco probable en el 2018, pues sería la segunda propuesta que fracasa en lograr aprobar, después de un proyecto de impuestos sobre propiedades que fue duramente rebatida.

La división entre Republicanos conservadores y moderados dentro de la Cámara de Representantes del Estado se ha hecho cada vez más acentuada, decantando en la imposibilidad por ponerse de acuerdo en propuestas generadas dentro del partido.

Tras la ausencia de una convocatoria nueva para debatir los proyectos, los legisladores texanos podrían no volver a reunirse hasta el 2019.