Europa se une para enfrentarse a Rusia en la guerra contra Ucrania
El conflicto despierta los más profundos miedos europeos ante una Rusia que parece no temerle a nada
El régimen de Stalin mató a tres millones de ucranianos de hambre en la década de 1930, durante la colectivización de las granjas.
El resentimiento sigue en muchos de los descendientes de aquellos supervivientes a la Holodomor -muerte por inanición-, como pasó a la historia la hambruna.
El conflicto de hoy despierta los más profundos miedos europeos ante una Rusia que parece no temerle a nada. Europa se enfrenta, como siempre, pero más que nunca, desvalida a la batalla.
La Unión Europea (UE), milagro de cesión de soberanía por parte de los Estados, no tiene competencias en Asuntos Exteriores. No más allá de una representación diplomática en la figura del español Josep Borrell.
Merkel, referente y la única líder capaz de hablar de tú a tú con Putin, se ha marchado. Su sucesor, Olaf Scholz, no tiene ni su pasado ni su experiencia para mirar de frente al Kremlin y ser escuchado.
Y el Reino Unido, que también había llevado siempre la batuta en las relaciones internacionales, ha quedado arrinconado en una esquina tras el Brexit.
La voz cantante queda en la Francia capitaneada por Emmanuel Macron, que se enfrenta este año a unas elecciones federales.
UNIDAD FRENTE A PUTIN
Sin embargo, las cuatro fronteras que Ucrania tiene con miembros de la UE han forzado la cohesión entre sus miembros. Los Veintisiete han impuesto sanciones contundentes contra el mismísimo Putin y apuntan directamente a una asfixia financiera de Rusia que le obligue a bajar el tono.
No hay marcha atrás: la democracia es un invento europeo. Ucrania había apostado decisivamente por ese camino y Putin quiere frenarlo.
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Que ningún país europeo envíe tropas a matar y ser asesinadas por soldados rusos no es una debilidad, sino un signo de evolución. La UE manda el mensaje de que en 2022 ya no se mata porconquistar territorios.
La guerra ha de ser más intelectual, económica, de materias primas. Si la democracia triufara en Ucrania, ex república soviética, probablemente los rusos se preguntarían por qué no disfrutan de los mismos privilegios.
El sueño imperial de Putin tiene otras intenciones. Y así se ha llevado por delante el pacto europeo posterior a la Segunda Guerra Mundial, en el que se decidió que las fronteras no podían cambiar de lugar con violencia.
¿LA HISTORIA SE REPITE?
El miedo de la UE es que las ansias de Putin puedan llegar a un Estado mimebro. Polonia, Estonia, Letonia o Lituania podrían estar en su punto de mira. El recuerdo no puede ser más terrorífico: Europa no reaccionó cuando Hitler invadió Polonia.
Su expansión nos llevó a la guerra más destructiva hasta ahora. Mientras tanto, miles de personas abandonan Ucrania y los Estados de la UE se preparan para la acogida. Polonia ya acogió en 2014 a una gran cantidad de desplazados de Crimea.
Los lazos entre Ucrania y el resto de Europa son imposibles de deshacer tras años y años de constante mezcla. Millones de ucranianos hace años que viven en otros países de Europa.
Solo en la ciudad de Barcelona viven 5.382 ucranianos, según el Departamento de Estadística del Ayuntamiento. Y los más mayores recuerdan cómo familias enteras de la zona de Chernóbil venían a pasar los veranos a los países del Mediterráneo para cuidar de su salud. Seguro que las puertas seguirán abiertas
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