Si aún quedaban dudas de que las estrategias del Presidente a la hora de gobernar se basan única y exclusivamente en sus caprichos, su mensaje en Twitter de este miércoles lo deja bastante claro.

Después de un fin de semana de incertidumbre y desacuerdos dentro del Senado, las posiciones de los principales partidos políticos del país son cada vez más difíciles, y Donald Trump tan sólo insiste en echar leña al fuego.

Durante el día viernes, el presidente habría invitado al líder de la minoría Demócrata, Chuck Schumer a la Casa Blanca para negociar un acuerdo para la ley de financiamiento que incluyera todas sus demandas para seguridad fronteriza.

En respuesta a ello, el líder de la minoría Demócrata, retiró la opción de financiar el anhelado Muro fronterizo del Presidente de la mesa de negociaciones, de acuerdo a las declaraciones de uno de sus asistentes y según reportó Politico.

Durante su discurso en el suelo del senado el día lunes, Schumer declaró que “a cambio de protecciones fuertes para DACA, y a regañadientes, puse el muro fronterizo en la mesa de discusiones. Pero ni siquiera eso fue suficiente para que el presidente se sintiera atraído a cerrar un acuerdo”, según reportó CNN.

Ante la negativa del presidente de aprobar un acuerdo bipartidista para el futuro de los llamados Dreamers (jóvenes indocumentados llegados en la infancia), los Demócratas han dado un voto de confianza a la palabra del líder de la mayoría en el Senado Mitch McConnell, quien aseguró que el asunto se resolvería sin esbozar ninguna ruta específica.

Después de que Demócratas y Republicanos lograran a este acuerdo temporal para reabrir el gobierno el día lunes, el Presidente – quien interpretó esto como una victoria – contraatacó en Twitter catalogando a Schumer de “llorón” y sentenciando que “si no hay muro, no hay DACA”.

Este tipo de comportamientos se han transformado en la característica fundamental del gobierno de Trump, donde la presión saca a relucir las verdaderas facetas de cada uno de sus participantes, en especial del mismo presidente quien parece olvidar a ratos “el arte de negociar”.

Pero las consecuencias podrían ser más complicadas, pues la radicalización de las posturas de ambos bandos podría aumentar el desacuerdo en un financiamiento para el resto del año y agravar la situación de los jóvenes inmigrantes.