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Anochece en el Capitolio de los EE.UU. mientras los legisladores trabajan para poner fin al cierre del gobierno en Washington, el 21 de enero de 2018. El cierre comenzó a la medianoche del 20 de enero; el Senado voto por una reapertura temporal el lunes 22 de Enero. EFE / EPA / JIM LO SCALZO
Anochece en el Capitolio de los EE.UU. mientras los legisladores trabajan para poner fin al cierre del gobierno en Washington, el 21 de enero de 2018. El cierre comenzó a la medianoche del 20 de enero; el Senado voto por una reapertura temporal el lunes…

¿Qué deberíamos aprender del Cierre del Gobierno?

Tras un fin de semana de estancamiento legislativo, el Senado ha logrado una breve brecha para llegar a un acuerdo, pero el debate migratorio sigue intacto.

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Fueron tres días de debates infértiles, donde el sistema político mostró sus costuras y los legisladores se medían el pulso en una carrera de resistencia hasta ideológica.

Cientos de miles de trabajadores federales no sabían exactamente qué depararía la semana y muchos inmigrantes más sentían que su vida pendía de un hilo, mientras la promesa del Partido Demócrata de luchar por lo justo prometía una batalla de más de un día.

Pero la realidad fue otra. Tan sólo un día duró la voluntad de los Demócratas antes de sucumbir ante las promesas del líder de la Mayoría Republicana, Mitch McConnell, quien aseguró que el tema de los Dreamers se vería resuelto.

McConnell hiló fino en su discurso asegurando que, después de pactar un acuerdo financiero para el gobierno, el asunto de los inmigrantes llegados en la infancia sería resuelto, pero evitó a toda costa prometer una protección indefinida o una solución a corto plazo.

Senadores como Angus King (Maine) o Charles E. Schumer (D-N.Y.) apoyaron el plan – que incluye la autorización al Programa de Seguro Médico Infantil – pero las dudas siguen en la mesa.

¿De qué sirvió entonces el espectáculo? ¿Hemos logrado algo?

Según dijo Ángel Padilla, director de políticas de Indivisible, al Washington Post, “el liderazgo demócrata ha asegurado durante meses a los Dreamers que utilizarán su influencia para conseguir un Dream Act”, pero sin conseguirlo, lo que pone a organizaciones como la suya en alerta a lo que podría seguir a continuación.

El lapso de tiempo para trabajar en esto es de tres semanas, pero las relaciones entre miembros de ambos partidos tan sólo se oxidan más con cada día que pasa, mientras cada uno tira para el lado de sus intereses ideológicos.

Los Republicanos insisten en paquetes de medidas anti-migratorias a cambio de una solución inexistente y los Demócratas quitan de la mesa cualquier planteamiento sobre el muro fronterizo del Presidente.

Cuando ambas partes se encuentran en la mitad, surgen propuestas como la liderada por Lindsey Graham (R-S.C.) y Dick Durbin (D-Ill), pero el presidente y sus asesores más cercanos, insisten en ser la manzana de la discordia.

“Flake y Durbin están muertos”, dijo el Senador Republicano de Arkansas, Tom Cotton, haciendo referencia a la propuesta bipartidista, según reportó NBC. Tanto Cotton, como el asesor de la Casa Blanca, Stephen Miller, han puesto todos sus esfuerzos en que no se llegue a ningún acuerdo.

La solución pareciera ser entonces la de mantener el terreno que han conseguido los demócratas durante las próximas semanas, conseguir más legisladores (de ambos partidos) que apoyen las propuestas bipartidistas y no ceder ni un milímetro en la presión a las afueras de los organismos.

Sea cual fuere el resultado, esta será la circunstancia que determinará gran parte de la voluntad ciudadana a la hora de escoger a sus próximos representantes durante las elecciones del mes de noviembre, en miras de tener dos cámaras de representantes más balanceadas donde el intervencionismo de los asesores de la Casa Blanca no determine el futuro de cientos de miles de personas.