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Foto: Carlos Adrian Ingram-Lopez Family Photo
Foto: Carlos Adrian Ingram-Lopez Family Photo

En búsqueda de la justicia para Carlos Adrian Ingram-Lopez

Las imágenes gráficas de la cámara del cuerpo muestran a Ingram-Lopez muerto en manos de la policía.

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Con dos meses de retraso, se publicó un nuevo material y un informe completo sobre la muerte de Carlos Adrián Ingram-López bajo custodia policial el 21 de abril. La abuela de Ingram López llamó a la policía porque él estaba corriendo por la casa gritando, desnudo y borracho. 

Dos días antes de su arresto dentro de la casa donde vive, hubo un cargo de abuso doméstico por un altercado entre él y su pareja.

En el video, se puede ver a tres oficiales sujetándolo, esposándolo y poniéndolo boca abajo por 12 minutos. Durante ese tiempo, se puede oír a Ingram-Lopez pidiendo agua repetidas veces. Dice que no puede respirar, mientras intenta moverse. Los oficiales le dicen que se relaje o usarán una pistola aturdidora si no se ha calmado.

Además, se puede ver cuando Ingram empieza a perder el conocimiento, y los oficiales no se dan cuenta hasta que es demasiado tarde. Se pueden oír voces apagadas diciendo que no respondía, y entonces los esfuerzos comenzaron a revivirlo, pidiendo refuerzos y usando RCP.

Cuando los paramédicos llegaron, fue declarado muerto. El Oficial Médico Forense del Condado de Pima encontró cocaína en el sistema de Ingram-Lopez, y que tenía una condición cardíaca preexistente, sin embargo la causa oficial de la muerte fue indeterminada.

Después de eso, los tres oficiales involucrados en la muerte de Ingram-Lopez renunciaron. La investigación interna que se inició encontró que se habían violado múltiples protocolos, y "no manejaron el incidente de acuerdo con su entrenamiento". 

El informe completo recomendaba el despido de los tres oficiales: Samuel Routledge, Ryan Starbuck y Jonathan Jackson. 

Los oficiales siguen siendo elegibles para trabajar para otro organismo de aplicación de la ley en Arizona debido a su certificación de buena reputación con la Junta de Normas y Capacitación para Oficiales de la Paz de Arizona.

Sin embargo, el jefe de la policía de Tucson, Magnus, se ofreció a dimitir para demostrar que estaba dispuesto a asumir la responsabilidad, pero tanto el ayuntamiento de Tucson como el administrador de la ciudad rechazaron su oferta de dimisión. 

Aún no se han tomado medidas para los implicados en la muerte de Ingram-Lopez, y el informe concluyó que los oficiales ignoraron su entrenamiento así como su angustia física.