El caso de Melissa Lucio en Texas es algo que ha ganado un raro impulso bipartidista en el último mes. Como resultado, la primera latina condenada a muerte en la historia del Estado tiene ahora una suspensión de la ejecución.

Lucio iba a ser ejecutada este miércoles, 27 de abril, pero ante la creciente presión que ejercen las nuevas pruebas, el Tribunal de Apelaciones Penales de Texas concedió la suspensión y ordenó que su caso volviera al tribunal de primera instancia para su reconsideración.

En 2007, Lucio fue condenada por el asesinato de su hija de dos años, Mariah, tras encontrarla sin respuesta en su habitación. Había signos de maltrato infantil y las radiografías posteriores mostraron que Mariah se había roto el brazo recientemente.

Su madre fue nombrada inmediatamente sospechosa porque estaba en casa en el momento de la muerte de Mariah. Al ser interrogada, Lucio dijo que unos días antes de su muerte, su hija se cayó por unos escalones de la casa. Ella no vio lo que ocurrió, pero sí fue testigo de las secuelas, ya que su hija parecía aletargada y se negaba a comer.

Lucio fue interrogada durante cinco horas por los detectives, y negó todas las acusaciones de abuso infantil bajo un intenso escrutinio. Finalmente, se derrumbó y pareció ser coaccionada para dar su confesión por el crimen por el Ranger de Texas Víctor Escalón.

"¿Qué quieren que diga? Soy responsable de ello", se le escucha decir en las imágenes.

Esa supuesta coacción es el centro del nuevo esfuerzo por salvar la vida de Lucio de la ejecución.

Comenzó con el empuje local de los funcionarios del condado de Cameron, Texas, y los miembros de la familia, y rápidamente se extendió a nivel estatal y nacional, incluyendo más de la mitad de la Cámara de Representantes de Texas, embajadores extranjeros, ex jurados y celebridades como Kim Kardashian.

"Hay tantas preguntas sin resolver en torno a este caso y a las pruebas que se utilizaron para condenarla", escribió Kardashian en un tuit el 6 de abril.

Ahora, esa defensa ha dado sus frutos por el momento dada la suspensión, pero aún queda una batalla para limpiar el nombre de Lucio.