El riesgo de los desacuerdos legislativos es la inclinación de la balanza de la culpa, y por ende, la categorización de la población a la que representa cada uno de los funcionarios públicos.

En el caso del financiamiento del gobierno y el riesgo de suspender definitivamente el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), ha puesto sobre la mesa las peores perspectivas por parte de los críticos al Partido Demócrata.

Para Mark Steyn (autor canadiense conocido por sus posturas contra el multiculturalismo) se trata de la intención de los Demócratas de “importar una clase de ciudadano que ellos prefieren”, según dijo al presentador de Fox Tucker Carlson el día jueves, según reportó Talking Points Memo.

El autor hacía referencia a la comunidad hispana que respalda al partido y que se ha visto hostigada por las políticas de la Casa Blanca bajo el mando de Donald Trump.

"Los demócratas se están acercando mucho a decir que los extranjeros son la apología de Dios para los estadounidenses”, continuó Steyn. “En Arizona, la mayoría de los niños en primaria ahora son hispanos. Eso significa que el futuro de Arizona es como sociedad hispana. Eso significa, en efecto, que la frontera se ha movido hacia el norte”.

Los comentarios de Steyn hacen eco de la retórica racista que ha caracterizado a esta administración, donde el Fiscal General Jeff Sessions dijo apenas hace días en la misma cadena de noticias que “¿Qué beneficio trae aceptar a alguien (en el país) que es iletrado en su propio país, no tiene habilidades y va a sufrir en nuestro país y no logrará ser exitoso?”.

Si bien esta no es la perspectiva del grueso del país, comentarios como el de Steyn y Sessions alimenta el resurgir del divisionismo y pregona un racismo endógeno que podría terminar por explotar en las narices del mismísimo partido Republicano durante las elecciones del noviembre del 2018.