Si los Republicanos y el Congreso no logran detener al presidente en su gesta contra el abogado especial Robert Mueller, la población civil tomará el asunto en sus manos.

Después de que Trump despidiera al ex director del FBI, James Comey - en lo que muchos han percibido como una abierta “obstrucción a la justicia” - el abogado especial designado a la investigación sobre los nexos entre la campaña Trump y Moscú, Robert Mueller, se ha transformado en la posible próxima víctima del presidente acorralado.

“Donald Trump podría estar preparado para ponerse por encima de la ley. Nosotros no lo permitiremos”, explica el movimiento MoveOn.org, una de las organizaciones que se ha sumado a la lucha cívica para proteger al abogado especial.

“Trump creará una crisis constitucional si despide al abogado especial Robert Mueller o al vicefiscal general Rod Rosenstein, quien supervisa a Mueller, o si intenta comprometer la investigación por cualquier otra vía”, explica el movimiento.

Su respuesta ha sido la de “prepararse para llevar a cabo mítines de emergencia” amparados bajo el slogan “Trump is Not Above The Law” (Trump no Está Por Encima de la Ley), un "esfuerzo de colaboración de docenas de grupos de todo el espectro ideológico" alrededor del país.

Según reportó Reuters, el movimiento ha planificado hasta 800 manifestaciones nacionales, listas para ser iniciadas si el Presidente decide: despedir a Mueller, perdonar a testigos clave o tomar acciones que puedan evitar que la investigación se lleve a cabo libremente.

Después de las últimas declaraciones del presidente ante la redada de las oficinas, residencia y habitación de su abogado personal Michael Cohen, la investigación de Mueller podría estar cada vez más cerca de verse impedida.

“Muchos me han dicho que debería despedirlo”, aseguró el presidente en sus declaraciones, justo antes de poner una vez más en tela de juicio la integridad del buró.

Otros grupos civiles se han sumado a la causa para tomar acciones en caso de que el presidente decida finalmente interrumpir la investigación que le pisa los pasos.

Rise and Resist (RAR), por ejemplo, es otro grupo de activistas de la ciudad de Nueva York que tienen lista su protesta “en caso de que Donald Trump despida a Robert Mueller e inicie una crisis Constitucional”.

Asimismo, la #MarchForTruth, Public Citizen e Indivisible se han unido al movimiento.

Por su parte, el Congreso ha recurrido a algunas medidas preventivas.

El pasado miércoles Reuters reportó que “un grupo bipartidista de senadores introducirá una legislación para proteger a la oficina del abogado especial” como respuesta a las declaraciones de la Casa Blanca en las que aseguraban que “el presidente tiene la autoridad para despedir al abogado especial”.

Simultáneamente, “cinco Republicanos veteranos han formado una nueva organización llamada Republicans for the Rule of Law intentando evitar que el presidente haga precisamente eso”, reportó el Washington Post.

Entre ellos se encuentran Bill Kristol (editor del Weekly Standard), Mona Charen (veterana de la administración Reagan), Linda Chavez (otra veterana de la administración Reagan), Sarah Longwell (directora de la Log Cabin Republicans) y Andy Zwick (director ejecutivo de la Foundation for Constitutional Government).

El grupo ha lanzado varias publicidades tanto para televisión como en internet, y se enfocan no sólo en proteger a Mueller sino al vicefiscal General Rod J. Rosenstein.

Según concluye el Post, “estamos ahora más cerca de una crisis constitucional que cualquier otro punto en la presidencia Trump. Más trastornado, expuesto y aislado que nunca, Trump podría fácilmente decidir despedir a funcionarios del Departamento de Justicia para salvarse el pellejo, escribiendo de ese modo el fin de su presidencia”.