Buscan conexión de narcotráfico con crimen del presidente de Haití
El jefe de seguridad del presidente Jovenel Moïse ha estado en la lista de principales sospechosos. Ahora, se revelan detalles de relaciones de Dimitri Hérard…
La motivación política como principal causa del magnicidio de Jovenel Moïse, presidente de Haití, el pasado 7 de julio, sigue perdiendo fuerza para los investigadores.
En un extenso reportaje publicado hoy, The New York Times revela las sospechas de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por su sigla en inglés) sobre negocios de narcotráfico de Dimitri Hérard, quien estaba a cargo de la seguridad de Moïse.
Como se recuerda, un comando de mercenarios, en su mayoría exmilitares colombianos, incursionó en la residencia del presidente, prácticamente sin mayor oposición de quienes le garantizaban su seguridad. Ya dentro de la edificación, Moïse fue torturado y asesinado. Hérard está detenido en relación con estos hechos.
Martine Moïse, viuda del presidente asesinado y quien resultó herida, ha pedido investigar a los miembros de la seguridad de su esposo por la manera como permitieron la incursión de los mercenarios. En un comienzo se conoció que a 1:44 de la madrugada del 7 de julio, el presidente Moïse hizo su última llamada cuando el comando armado tenía el control de su residencia. “Necesito tu ayuda ahora”, le dijo a su interlocutor, quien resultó ser Hérard. No hizo nada para impedir que el presidente fuera asesinado.
En su artículo, el Times asegura que a Hérald se le ha seguido por años el rastro a partir de la desaparición de gran cantidad de cocaína y heroína en operativos locales contra el narcotráfico. En esto estarían involucrados, además, un grupo de jueces y un familiar de un expresidente haitiano.
Se recuerda, además, que Haití se ha convertido en escala del tráfico de drogas hacia Estados Unidos, con la complicidad de funcionarios del Estado. Incluso, se cita a Keith McNichols, exagente de la DEA, quien tuvo que ver con la investigación de la pérdida de un gran cargamento de droga en abril del 2015. “La corrupción llega a los niveles más altos”, dice. Asegura que “la justicia es huidiza”.
En ese incidente de hace seis años y en otros, de acuerdo con testigos, estuvieron comprometidos Hérard y Charles Saint-Rémy, cuñado del expresidente Michel Martelly, quien gobernó entre mayo de 2011 y febrero de 2016. Esta información es nueva y sirve para buscar las verdaderas motivaciones en el asesinato del presidente.
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La motivación política se empezó a desvanecer desde cuando se conocieron detalles de los días previos a la acción armada. Incluso, se planteó el factor económico a partir de intereses en contratos multimillonarios en el sector eléctrico, en los cuales tendría interés el empresario colombiano Arcángel Pretel, experto en seguridad a quien también se le conoce como Gabriel Pérez, y socio del venezolano Antonio Intriago en la empresa CTU de Florida, que buscó a los mercenarios y sirvió de anfitrión en varias reuniones en Florida.
Los detalles de la conspiración los reveló en su momento la Unidad Investigativa del informativo colombiano de televisión Noticias Caracol. “A él se le atribuye haber influenciado a los líderes haitianos involucrados con el golpe, entre ellos el médico capturado Christian Sanon”, dijo en una nota periodística, en la cual citó como fuente al capitán retirado Germán Rivera, colombiano capturado en Puerto Príncipe. Otro de los colombianos presos en Haití ha dicho que Arcángel o Gabriel fue quien lideró el proceso de reclutamiento de los militares colombianos.
Rivera señaló que Arcángel presumía de supuestos contactos en altas esferas. “Gabriel se encontraba en unas reuniones en Washington, con el FBI y el Departamento de Justicia en Estados Unidos, hablando de esos proyectos de acá. Eso decía él, pero a mí me enviaba fotos en las oficinas antes de entrar. Él se reunió en la ONU, con el Embajador de Haití, con el Embajador de República Dominicana. Él me enviaba unas fotos, pero yo no sé”.
Según Noticias Caracol, Arcángel tuvo vinculaciones con el Departamento de Justicia como informante en un caso de narcotráfico que involucraba a las FARC. Al parecer, la habilidad del Arcángel consistía en mentir sobre sus buenas relaciones para hacerse a millonarios contrato en unos proyectos de plantas de energía en la isla, para los cuales se requeriría apoyo en temas de seguridad.
Lo último que se supo de Arcángel Pérez es que en la noche del crimen se comunicó con algunos mercenarios colombianos para asegurarles que estaban a salvo de la justicia haitiana, promesa que no cumplió.
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