Sí, así es, la acusación de Trump a los mexicanos de ser violadores y traficantes de drogas es una mentira, una más en la catarata de falsedades que, vergonzosamente, definen en buena medida al presidente de Estados Unidos.  Los embustes llenos de odio de Trump durante su campaña culpando a los inmigrantes indocumentados de “traer crimen” y dañar la economía permanecen frescos en la memoria colectiva de la nación.

Sin embargo, el hecho es que, si la extraña pandilla de racistas, mentirosos y estafadores que están a cargo del gobierno fueran tan honesto, transparentes y trabajadores como los inmigrantes a los que tratan de denigrar, el país podría respirar con mayor tranquilidad.

 The Sentencing Project, un grupo que estudia el sistema de justicia penal, acaba de dar a conocer el resultado de una investigación que confirma una vez más algo que estudios previos ya habían demostrado: “Los residentes de EE.UU. nacidos en el extranjero cometen menos crímenes que los ciudadanos que nacieron en EE.UU”. 

“Un siglo de investigaciones ha demostrado que los inmigrantes no amenazan la seguridad pública y que, de hecho, es menos probable que cometan crímenes que los ciudadanos nativos”, concluye el estudio.

“Falsas declaraciones acerca de la criminalidad de los inmigrantes contribuyen a crear en el público miedos infundados que amenazan la seguridad de los inmigrantes y de los ciudadanos de EE.UU.”

La realidad es que cuando aumenta el número de inmigrantes, los crímenes violentos disminuyen, como lo demuestra un estudio reciente publicado en el Journal of Ethnicity in Criminal Justice. 

Según el sociólogo Robert Adelman, de la State University of New York at Buffalo, que condujo el estudio, durante los últimos 25 años del siglo 20 y la porción temprana del 21, la presencia de inmigrantes ha estado asociada consistentemente con caídas en la cantidad de crímenes violentos y contra la propiedad en las principales ciudades de EE.UU.

El caso de Nueva York es un buen ejemplo. El número de homicidios en la ciudad más grande del país no solo ha disminuido dramáticamente en los últimos años, sino que continúa reduciéndose a pesar de que la discriminatoria política conocida como “stop and frisk” (detener y registrar) ya no está en vigor.

Los hechos, por supuesto, no pesan en las decisiones y las palabras de Trump, pero los prejuicios y el oportunismo político sí lo hacen. Esto explica por qué, pese a sus ridículos alardes acerca de cuán fantástica es su presidencia, su único logro ha sido perseguir y aterrorizar inmigrantes, dividiendo inmisericordemente innumerables familias al deportar más y más inmigrantes que no han cometido crimen alguno.

Sí, definitivamente ignore las mentiras y las palabras cargadas de odio de Trump. Si quiere vivir en una ciudad más segura recuerde que a más inmigrantes menos crimen.