El sábado 2 de octubre, decenas de miles de mujeres de todo el país se manifestaron para protestar contra las crecientes restricciones al acceso al aborto, con un total de 660 manifestaciones en los 50 estados.

En Washington D.C., los manifestantes llenaron las calles que rodean el Tribunal Supremo, coreando "mi cuerpo, mi elección" y animando al ritmo de los tambores.

Muchos manifestantes llevaban pancartas en las que se podía leer "cuida tu propio útero", "quiero a alguien que ha abortado" y "el aborto es una elección personal, no un debate legal".

Algunos llevaban camisetas en las que se leía "1973", en referencia al año en que se dictó la histórica sentencia Roe V. Wade, que hizo legal el procedimiento para generaciones de mujeres estadounidenses. 

"No importa dónde vivas, no importa dónde estés, este momento es oscuro", dijo Alexis McGill Johnson, presidenta de Planned Parenthood, a la multitud en la manifestación en D.C. 

Las manifestaciones del sábado se produjeron dos días antes del inicio de un nuevo mandato del Tribunal Supremo, que tiene previsto estudiar un caso de Mississippi que podría permitirles anular el derecho al aborto establecido en el caso Roe contra Wade. 

En Nueva York, la gobernadora Kathy Hochul habló en concentraciones en Seneca Falls y Albany, expresando su frustración y agotamiento por tener que luchar por estos derechos. 

"Es una ley consolidada en la nación y no nos van a quitar ese derecho, ni ahora ni nunca", dijo. 

En el Capitolio del Estado de Arizona, en Phoenix, la representante estatal demócrata Melody Hernández dijo a los participantes que los opositores al aborto alentados por los recientes acontecimientos en Texas y el Tribunal Supremo no tendrán éxito. 

"Una abrumadora mayoría de arizonenses, de estadounidenses, apoya todo lo que estamos defendiendo hoy aquí", dijo Hernández. "Y no dejen que nadie los engañe: somos la mayoría. Estamos hechos de gente de todas las clases sociales, etnias, partidos, nacionalidades."

En Filadelfia, una multitud de alrededor de 1.000 personas acudió el sábado por la tarde a Benjamin Franklin Parkway para la Marcha por la Prohibición de Nuestros Cuerpos. La manifestación fue planeada por Kelly Kostelich, terapeuta de Jefferson, y Benjamin Abella, médico de Penn Medicine. 

Aunque el objetivo principal de la marcha era poner de relieve las amenazas legales a Roe v. Wade, Kostelich y Abella también querían hacer un llamamiento a la acción sobre un tema relacionado. 

En una entrevista con WHYY News antes del evento, Kostelich dijo que aunque Roe es importante para mantener el aborto legal, no ayuda a hacerlo más accesible y asequible. 

"Todavía hay muchas barreras para la atención sanitaria. Así que estamos tratando de concienciar sobre ello", dijo Kostelich. 

Katie Koob, una joven de 18 años residente en Filadelfia, cuestionó el encuadre de cierta retórica antiabortista durante una pandemia mundial. 

"Ellos son los que tampoco llevan máscara. Así que, si estás a favor de la vida, ¿cómo demonios vas a no llevar máscaras y luego causar la muerte de otras personas por COVID? Me enfurece", dijo Koob a WHYY. 

Varios profesionales médicos de la región también se reunieron para el evento, como la Dra. Jessica Chen, médico residente de obstetricia y ginecología en Penn Medicine. 

Chen, nacida y criada en Texas, dirigió unas palabras a la multitud.

"Mis colegas de Texas están luchando por recuperar la misma oportunidad con la aprobación de la ley S.B. 8, que, como muchos de ustedes habrán oído, ha prohibido el aborto después de seis semanas, antes incluso de que la mayoría sepa que está embarazada. Esto es esencialmente una prohibición de todos los abortos en Texas. Quiero señalar una realidad importante: Es una posibilidad muy real que lo mismo pueda ocurrir aquí", dijo Chen.