Paul Manafort también ha sido llamado a testificar ante el panel judicial del senado que evalúa la posible influencia rusa en las elecciones presidenciales del 2016.

Las conexiones de Manafort con funcionarios rusos lo han puesto en el mapa de una presunta colusión para beneficiar al ahora presidente Trump en la carrera presidencial contra Hillary Clinton.

El asunto conocido como Russiagate ha sido el fantasma que ha perseguido y opacado los primeros meses de gobierno de Donald Trump, después de que el FBI determinara que la inteligencia rusa definitivamente intervino cibernéticamente en los comicios presidenciales, planteando la hipótesis de que su plataforma de contacto interna pudo haber sido el equipo de campaña del nuevo presidente.

La investigación tomó otro color una vez el presidente Trump decidiera despedir a James Comey, el director del FBI que dirigía la investigación. Desde entonces, un fiscal especial ha sido designado en el caso y dos comités de investigación del gobierno han convocado a personajes cercanos a la nueva administración para evaluar su participación en el asunto.

Tan sólo el día de ayer, el yerno del presidente, y su asesor personal, Jared Kushner, compareció ante el Comité Judicial del Senado, entregando una declaración en la que aseveraba no haber participado de ninguna manera en negociaciones privadas con funcionarios rusos, detallando sus “pocas” reuniones con funcionarios de Moscú, incluyendo a una abogada que aseguraba tener información comprometedora de Hillary Clinton.

También han sido convocados el ex director de campaña Paul Manafort y el hijo del presidente, Donald Trump Jr., quienes hasta el día lunes estuvieron negociando con sus asesores jurídicos sobre su aparición en el Capitolio. Según reportó el diario The Atlantic, la convocatoria del Comité Judicial del día martes sugiere que “la paciencia del panel con el ex director de campaña de Trump, se ha acabado”.

Desde el inicio de la investigación rusa, y desde la renuncia del  Consejero de Seguridad Nacional Michael Flynn por no haber especificado la naturaleza de sus conversaciones con el embajador ruso en Estados Unidos, las conexiones entre los asesores cercanos del presidente y funcionarios rusos han estado muy bien documentadas por los medios.

En el caso de Manafort, el ex director de campaña poseía contratos multimillonarios con asesores del presidente ruso Vladimir Putin (WNYC News ha hecho todo un recapitulativo de los negocios de Manafort, que pueden detallarse aquí). Manafort habría comprado propiedades en la ciudad de Nueva York sin hipoteca, utilizando compañías ficticias, ha sido auxiliado por bancos de asesores de Trump (por montos de hasta 16 millones de dólares) y también ha sido investigado por lavado de dinero en Chipre, “un destino popular para el dinero ruso”, según continúa The Atlantic.

A Manafort, al igual que a Kusher y Trump Jr., se les ha solicitado hacer entrega de todos los documentos que posean relativos al caso, a lo que los individuos han aceptado, de acuerdo a sus asesores legales.