¿Ha llegado la hora de Medicare-For-All?
Con una sentencia sobre Obamacare y un bipartidismo sin opciones, la campaña por una cobertura médica “para todos” vuelve a tomar fuerza. ¿Es realmente lo que…
“La atención médica debe ser reconocida como un derecho, no como un privilegio”, ha sido la frase constante del senador independiente y ex candidato presidencial Bernie Sanders. “La única solución a largo plazo para la crisis de atención médica en Estados Unidos es un programa nacional de atención médica de un solo pagador”.
Es decir, Medicare para todos.
El sistema de salud estadounidense es conocido por ser de carácter privado casi en su totalidad.
En un país donde se manejan las tasas más altas en obesidad, accidentes automovilísticos y enfermedades de transmisión sexual, la cobertura médica debería ser una prioridad y no un mero asunto político.
Aún cuando desde el 2010 existen algunas iniciativas para hacer de la atención médica un derecho asequible, un estudio del 2014 determinó que, entre los sistemas de cuidado médico de los 11 países más desarrollados del mundo, el estadounidense es “el más costoso y el menos eficaz en términos de acceso a la salud, eficiencia e igualdad de condiciones”.
A diferencia de estos países, el sistema de salud estadounidense no cubre a la población entera, especialmente a causa de su alto costo. Las opciones con las que cuentan los ciudadanos suelen ser planes grupales, Medicaid, Medicare o los mercados de seguros de salud que fueron creados por la ley de Salud y Cuidado Asequible (ACA, por sus siglas en inglés).
Conocido como Obamacare, ACA permitió aumentar la cobertura médica gracias a la expansión de la elegibilidad y a nuevas regulaciones en los mercados de seguros individuales.
Ello implicó nuevos gastos, financiados a través de nuevos impuestos y el recorte de tarifas en los proveedores de Medicare y Medicare Advantage. Asimismo, promulgó la limitación de los costos y el aumento del financiamiento para garantizar la mejoría en la calidad de la atención médica.
Gracias a una nueva sentencia por parte de un juez federal en Texas, este programa podría estar en severo riesgo y no existe un plan en el Congreso que pueda ofrecer una alternativa.
La iniciativa del senador Sanders propone “finalmente separar la cobertura médica del empleo”, garantizando que la salud médica sea un derecho y no un privilegio.
Según ha explicado su plataforma, Sanders sugiere “crear un programa de atención médica de un solo pagador administrado por el gobierno federal”, como sucede en países como Canadá y Francia.
CONTENIDO RELACIONADO
Este programa incluiría una “cobertura integral” para todos los ciudadanos, incluyendo desde la hospitalización hasta la atención ambulatoria, de prevención y emergencias.
“Los pacientes podrán elegir un proveedor de atención médica sin preocuparse de si ese proveedor está dentro de la red y podrán obtener la atención que necesitan sin tener que leer ninguna letra pequeña o tratar de averiguar cómo pueden pagar los gastos”.
Organizaciones como United Medicare Advisors y National Nurses United han respaldado la iniciativa asegurando que “la familia de clase media promedio ahorraría hasta 5.800 dólares anuales” bajo Medicare For All, no tendrían que lidiar con compañías de seguros y reduciría las preocupaciones.
Esto es sencillo: porque quienes manejan el monopolio de las aseguradoras y las empresas farmacéuticas dejarían de lucrar a costillas del ciudadano común.
Según explicó el New York Times, los únicos que se verían afectados negativamente de esta propuesta serían las compañías farmacéuticas, quienes deberán negociar los nuevos precios con el gobierno, y las compañías de seguros médicos, que probablemente desaparecerían.
Lo que falta para que esta iniciativa realmente se materialice como propuesta viable es un plan económico coherente que permita la transición del sistema de salud nacional, algo que depende casi exclusivamente a los comités de financiamiento en el Congreso.
Pero en un país en plena transformación política, la idea de una cobertura médica para todos toma cada vez más fuerza.
Tan sólo durante las elecciones de mitad de período, la segunda generación de demócratas seguidores de Sanders (como Ocasio-Cortéz en Nueva York o Rashida Tlaib en Michigan) consiguió un apoyo importante entre los votantes, quienes priorizaron la asistencia de salud a la hora de emitir sus votos.
Ante un gobierno que recorta impuestos a los más ricos y se empeña en malgastar miles de millones de dólares en un muro y en la militarización de la frontera, invertir ese dinero en transformar la salud en un derecho no suena tan descabellado.
DEJE UN COMENTARIO:
¡Únete a la discusión! Deja un comentario.