Nadie duda a estas alturas que al presidente Donald Trump no le gusta la CNN, ni MSNBC, ni cualquier otro medio liberal que se atreva a criticarlo. Su cruzada personal contra los medios - a los que acusa de difundir noticias falsas- empezó durante la campaña electoral y se ha extendido a lo largo de su primer año de mandato. 

Y esta cruzada va para largo. Especialmente desde el pasado viernes, cuando el error de un reportero del Washington Post le dio alas para continuar con su cruzada personal contra la prensa.

El señalado es David Wiegel, reportero político del prestigioso rotativo de Washington, que el pasado viernes tuiteó una fotografía del pabellón medio vacío de Pensacola, Florida, donde Trump iba a dar un dicurso. La realidad es que el discurso todavía no había empezado y había mucha gente esperando fuera, pero el error ya estaba cometido y la fotografía se hizo eco enseguida en las redes sociales. 

Al darse cuenta, Wiegel pidió disculpas y borró el tuit, pero era demasiado tarde. "El presidente sacó toda su ira con el látigo de su cuenta de Twitter", observa el diario español La Vanguardia.

A pesar de las disculpas de Wiegel, Trump tuiteó "Reclamo una disculpa y una retractación de noticias falsas WaPo". El sábado volvió a su cuenta de Twitter - un medio que The New York Times definió este domingo como "el Excalibur" del Presidente - para añadir: "Debe ser despedido".

Sure thing: I apologize. I deleted the photo after @dmartosko told me I'd gotten it wrong. Was confused by the image of you walking in the bottom right corner. https://t.co/fQY7GMNSaD

— Dave Weigel (@daveweigel) 9 de diciembre de 2017

"Han sido unas jornadas malas para la prensa en su relación con Trump", insiste La Vanguardia, mencionando otras dos meteduras de pata de la prensa liberal americana con Trump. La cadena ABC ha decidido suspender durante cuatro semanas al presentador Brian Ross por haber insinuado ante las cámaras que el presidente se había conjurado con los rusos para derrotar a Hillary Clinton en la campaña electoral, vía Michael Flynn.

Por su parte, la CNN cometió también un error hace poco al informar que Trump y otros cargos de su campaña recibieron en septiembre de 2016 un email para poder acceder a correos pirateados de los demócratas en Wikileaks.  La información ha sido desmentida.