En 2019, Ciudad Juárez, México, tuvo un promedio de cuatro homicidios al día y terminó el año con un asesinato menos de 1.500 según los datos recogidos por El Diario, un periódico local de la ciudad. 

Los datos de otro periódico local muestran que el año 2020 tampoco ha empezado bien. En 29 días, 64 personas han sido asesinadas por un promedio de más de dos por día.

Más allá del mero número de asesinatos, Ciudad Juárez es también conocida por la cantidad de mujeres que son víctimas, un tipo de crimen conocido como feminicidio.  

Uno de esos asesinatos fue el de la artista, activista y madre Isabel Cabanillas, a quien dispararon en la cabeza cuando volvía a casa pedaleando desde un bar en la madrugada del sábado 18 de enero.

Su asesinato desencadenó una serie de protestas contra el feminicidio desde Ciudad Juárez hasta Ciudad de México. 

En los días siguientes al asesinato, los amigos de Cabanillas organizaron marchas pequeñas y medianas en ambas ciudades, pero el sábado 25 de enero, Ciudad Juárez fue la sede de la mayor manifestación.

El Paso Times describió el día como de "indignación", ya que los manifestantes marcharon por el corazón de Ciudad Juárez hasta su extremo norte y bloquearon el puente hacia los Estados Unidos.

"Los agentes de la Protección de Aduanas y la Protección de Fronteras de los Estados Unidos bloquearon los carriles de vehículos e impidieron que los peatones que cruzaban la frontera entraran en los Estados Unidos", escribió el reportero Aaron Montes.

Al igual que en las marchas anteriores, los manifestantes exigieron respuestas de los funcionarios del gobierno por el asesinato de Cabanillas, que aún no se ha resuelto. Otro mensaje prominente el sábado fue "Ni una menos", el grito de guerra contra el feminicidio en toda América Latina.

En los últimos tres años, ha habido más de 3.000 femicidios en México. Hubo 311 en Ciudad Juárez en ese período, según un estudio publicado por El Heraldo. 

Como ciudad fronteriza, Ciudad Juárez ha sido durante mucho tiempo el centro del tráfico de drogas y de seres humanos hacia el norte de los EE.UU. o hacia el sur de América Central y del Sur.

Los conflictos entre los cárteles de la droga y las pandillas que operan estas infraestructuras encubiertas a menudo son la causa de los altos índices de violencia.

No hay un motivo determinado para el asesinato de Cabanillas y el gobierno permanece en silencio, pero muchos creen que fue blanco de su activismo.

"Sé que Isabel sintió que estaba siendo vigilada", dijo un amigo suyo a NPR.

Ahora, tras su muerte, Cabanillas tiene un ejército a sus espaldas luchando por la justicia en su nombre. Si da frutos o no es otra historia.