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El líder norcoreano, Kim Jong-un (c) ordena el lanzamiento del nuevo misil intercontinental, un modelo más grande y mejor diseñado que subraya los avances armamentísticos del régimen, el 28 de noviembre de 2017. Pyongyang mostró el 30 de noviembre de 2017, con la publicación de 42 fotografías, el nuevo misil balístico intercontinental (ICBM), el Hwasong-15 (Marte-15 en coreano), disparado bajo la supervisión de Kim Jong-un. EFE/ Kcna
El líder norcoreano, Kim Jong-un (c) ordena el lanzamiento del nuevo misil intercontinental, un modelo más grande y mejor diseñado que subraya los avances armamentísticos del régimen, el 28 de noviembre de 2017. Pyongyang mostró el 30 de noviembre de…

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Corea del Norte no teme a represalias, a aislamientos ni mucho menos a amenazas Occidentales.

Para probarlo, el régimen de Kim Jong-Un hizo una nueva prueba balística el pasado miércoles, lanzando un nuevo misil de alcance intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés), que los expertos han catalogado como “el mayor avance” tecnológico hasta el momento y, por ende, la mayor amenaza.

Según los medios norcoreanos, el misil podría “alcanzar cualquier punto en territorio estadounidense” y el régimen se declaró a sí mismo “un completo estado nuclear”.

Cumpliendo con sus amenazas, el gobierno de Jong-Un declaró en una alocución nacional haber alcanzado “la gran causa histórica de completar una fuerza nacional nuclear”, según reportó The Guardian.

El lanzamiento fue supervisado personalmente por el líder de la nación en la región de Pyongsong – a 18 millas al norte de la capital – y 24 horas después hizo públicas las imágenes del misil, de su lanzamiento y sus especificaciones.

Según los datos ofrecidos, el misil llamado Hwasong-15 podría cargar una “cabeza nuclear súper pesada” y es el más grande producido hasta el momento. Según Jeffrey Lewis, analista del Instituto de Estudios Internacionales de Middlebury, el dispositivo tendría dos motores capaces de transportar entre 80 y 100 toneladas, habría alcanzado una altitud de 2.780 millas – 8.100 si su trayectoria hubiese sido recta – y fácilmente podría alcanzar a la ciudad de Washington.

Ante la tácita amenaza, la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, aseguró que la prueba balística de Corea del Norte “pone al mundo más cerca de una guerra, en vez de alejarlo”.

En una declaración con algunos desaciertos históricos, Haley aseguró que “nunca hemos buscado la guerra con Corea del Norte y aún hoy no lo hacemos. Si la guerra sucede será por los continuos actos agresivos como el que presenciamos el día de ayer”, dijo. “Y si la guerra llegase, no tengan duda de que el régimen norcoreano será completamente destruido”.

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Si bien el nuevo diseño del misil posee algunas mejoras en su estructura, varios especialistas aseguraron a través de Twitter que el modelo recuerda al Titan II estadounidense, diseñado durante la Guerra Fría y retirado en 1987.

“El Titan II fue el misil más largo y más pesado jamás construido por Estados Unidos, y fue capaz de cargar una cabeza nuclear de 9 megatones a través de 15.000 kilómetros”, aseguró CNN.

Ante la espera de nuevas pruebas armamentísticas, tanto Corea del Sur como Japón denunciaron los ejercicios, en especial por la cercanía de ellas a la costa japonesa.

El Presidente Trump, quien prometió que el desarrollo de un ICBM durante su presidencia era imposible, aseguró que se “encargarían” del asunto. “Es una situación que manejaremos”, sentenció ante los periodistas.

Pero su reacción posterior en Twitter, que cada vez pareciera ser más cercana a lo que realmente piensa, fue distinta. El presidente optó por desviar la culpa al partido Demócrata, a quienes adjudica los obstáculos de su agenda en asuntos de inmigración y financiamiento militar.

Los líderes del Partido Demócrata, Chuck Schumer y Nancy Pelosi se han negado a apoyar nuevas medidas de gastos gubernamentales al menos que incluyan un acuerdo para proteger a los jóvenes inmigrantes (Dreamers) de la deportación.