Cuenta atrás para salir de Afganistán
Los talibanes advierten de que alargar la presencia internacional más allá del 31 de agosto supondrá cruzar una línea roja. El G7 se reúne hoy para decidir qué…
Las tropas internacionales se encuentran en una carrera contrarreloj para sacar de Afganistán a todo su personal y colaboradores. Los talibanes han anunciado que alargar la presencia internacional más allá del 31 de agosto supondrá cruzar una línea roja que no están dispuestos a aceptar. El G7 se reúne hoy para decidir qué hacer.
La Casa Blanca ha confirmado que en 24 horas han fletado 28 vuelos militares para evacuar a 10.400 afganos. Un récord comparado con cifras anteriores. El lunes sacaron del país a entre 5.000 y 9.000 personas, un esfuerzo boicoteado por los talibanes que bloquean el acceso al aeropuerto y por las multitudes que se agolpan a sus puertas.
El resto de países se enfrentan también a una lucha desesperada para llevarse del país a sus colaboradores. Muchos confiaban en poder extender el plazo del 31 de agosto, pero en las últimas horas se han dado cuenta de que su deseo no es realista y la situación puede ser aún más insegura y volátil al inicio de septiembre.
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A pesar de ello, el primer ministro británico, Boris Johnson, presiona para que Biden extienda la evacuación. La cumbre del G7 que empieza hoy tratará de aclarar si es posible negociar unos días más de presencia internacional en Kabul para asegurar la salida de los miles de afganos amenazados por los talibanes.
Pero la llegada al aeropuerto es una gymkhana infernal. Como explica el documentalista chileno Jorge Said en El País desde Kabul, “para acceder a la puerta metálica hay que saltar una alambrada y luego salvar una suerte de canal que sirve de foso de dos metros de profundidad y otros dos de ancho, por donde discurren aguas sucias. En medio del arroyo hay un alambre de espino. En cada lado del foso hay cientos de personas esperando. Dentro, también.”
Si los talibanes entran el 1 de septiembre en el aeropuerto, sólo quedan 8 días para evacuar a todas las personas cuya vida corre peligro. El embajador británico admitía ayer que las señales de los talibanes “son bastante inflexibles” y no parece posible que la operación pueda alargarse más allá del fin de agosto.
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