Cuba padece un bloqueo económico de medio siglo. Según el Centro para la Democracia en las Américas, organismo en Washington, pide que se levante las sanciones de EE.UU., ya que las cifras superan la suma de los “marielitos” en 1980 y los migrantes de la crisis de los balseros en 1994,  desencadenados por problemas económicos.

Por otro lado, los frecuentes apagones que desataron protestas y apunta a que empeore. El reciente incendio masivo que comenzó con la caída de un rayo y envolvió ocho tanques de almacenamiento de un depósito de combustible clave en la costa norte, a 100 kilómetros de La Habana.

Antes de que sucediera el incendio, se tenía previsto que la producción cubana creciera un 3,4% este año según las previsiones de las Naciones Unidas. Sin embargo, la inflación ya se acerca al 30%, empujada por la devaluación y el aumento de los combustibles y otras importaciones.

Entre enero e inicios de junio han superado los 44.000 y la mayoría viene de Cuba y los siguen los venezolanos.

Según los acuerdos migratorios vigentes entre ambos países, EE.UU debe devolver a la isla los migrantes ilegales interceptados en el alta mar, y Cuba reintegrarlos sin consecuencias legales.

Varios cubanos a diferencia de otros migrantes que llegan a Estados Unidos pueden entregarse a las autoridades, bajo palabra (“parole”) y tratar de acogerse a la Ley de Ajuste Cubano de 1966, un beneficio que data de la Guerra Fría y permite a quienes dejan Cuba solicitar residencia legal en el país.