El miércoles 31 de agosto, un comunicado de prensa del gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció la llegada de un autobús con más de 75 migrantes a Chicago. El autobús, procedente de Texas, continúa con el plan del gobernador de enviar a los migrantes de Texas a las ciudades gobernadas por los demócratas. Antes de Chicago, Abbott también había ordenado el envío de autobuses a Washington D.C. y a la ciudad de Nueva York. 

Abbott se encuentra en un conflicto político con el presidente Joe Biden y su administración sobre las políticas de inmigración. Muchos más migrantes se abren paso a través de la frontera sur de Estados Unidos más que bajo la Administración Trump. Como resultado, el gobernador republicano ha enviado a los migrantes en autobús a las ciudades demócratas como una forma de protesta a la postura actual del presidente sobre la inmigración. 

"La inacción del presidente Biden en nuestra frontera sur sigue poniendo en riesgo la vida de los tejanos -y de los estadounidenses- y está agobiando a nuestras comunidades", ha dicho Abbott en el comunicado. "Para seguir proporcionando un alivio muy necesario a nuestras pequeñas ciudades fronterizas invadidas, Chicago se unirá a otras ciudades santuario como Washington, D.C. y la ciudad de Nueva York como un lugar de entrega adicional". A la alcaldesa Lightfoot le encanta pregonar la responsabilidad de su ciudad de acoger a todos, independientemente de su estatus legal, y estoy deseando ver esta responsabilidad en acción cuando estos migrantes reciban recursos de una ciudad santuario con capacidad para atenderlos." 

El inicio de la política se produjo por primera vez en abril, cuando Abbott ordenó a la División de Gestión de Emergencias de Texas que consiguiera autobuses fletados para transportar a los migrantes desde Texas a D.C. Fue más tarde, el mes pasado, cuando Abbott añadió la ciudad de Nueva York como segundo destino. La política del gobernador contempla el transporte de los migrantes a las ciudades santuario y, según el comunicado de Abbott, "...al mismo tiempo que proporciona un alivio muy necesario a las abrumadas comunidades fronterizas de Texas". 

La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, confirmó el miércoles por la noche la llegada del último autobús que transportaba a más de 75 migrantes a Chicago. La tercera ciudad más grande de Estados Unidos les da la bienvenida, según Lightfoot. La alcaldesa ofreció una conferencia de prensa el jueves 1 de septiembre, en la que denunció las acciones del gobernador de Texas, calificándolas de "racistas y xenófobas" y que esto sólo se suma al ya difícil camino de los migrantes.

Los funcionarios del Condado de Cook, el Estado de Illinois y Lightfoot trabajarán juntos para ayudar a los migrantes que llegan. Esto incluye ayudarles a ponerse en contacto con familiares en otros lugares o incluso a establecerse en Chicago. 

Según Lightfoot, muchos de ellos son venezolanos.

"Las acciones del gobernador no son sólo inhumanas; son antipatrióticas - Esto no puede ser lo que somos como estadounidenses. Tenemos que defender un conjunto de principios diferente y mejor", dijo Lightfoot. "Si vamos a ser un líder en el mundo, en un escenario internacional e incluso aquí en casa, debemos rechazar estas políticas y prácticas". 

Otros líderes demócratas se han manifestado en contra de Abbott, como el gobernador demócrata de Illinois, J.B. Pritzker, que en un tuit escribió: "Mi bisabuelo llegó a este país como inmigrante huyendo de Ucrania en 1881. Inmigrantes como mi familia en busca de libertad y oportunidades construyeron este país".

Abbott también sugirió en su declaración que éste es sólo el primer grupo de inmigrantes que será trasladado en autobús a Chicago y que se espera que lleguen más.