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Donald Trump ha insistido en subir los aranceles. Es probable que el problema no se resuelva así, porque hay síntomas de enfermedad holandesa (foto de archivo de AFP).

¿Le tocó a Trump lidiar con la primera enfermedad holandesa en EE.UU.?

Estados Unidos dejó en 2024 el mayor déficit comercial de su historia. Aranceles o devaluación es el dilema de Trump.

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El déficit comercial de bienes de Estados Unidos alcanzó los 1,13 billones de dólares en 2024, consolidando su posición como deudor neto en el comercio global. Este fenómeno, que se ha venido acentuando en las últimas décadas, se debe en gran parte a los déficits crónicos con socios comerciales clave como China y México, cuyos saldos negativos ascienden a 295,4 mil millones y 171,8 mil millones de dólares, respectivamente. Además, el déficit con la Unión Europea alcanzó los 235,6 mil millones de dólares, mientras que Vietnam y Alemania contribuyeron con déficits de 123,5 mil millones y 84,8 mil millones de dólares, respectivamente.

El crecimiento del déficit refleja un patrón estructural: mientras las importaciones estadounidenses de bienes de consumo, tecnología y automóviles continúan al alza, la capacidad exportadora enfrenta obstáculos, especialmente en sectores industriales y agrícolas. En 2024, las exportaciones totales de bienes y servicios sumaron 3,19 billones de dólares, mientras que las importaciones ascendieron a 4,11 billones de dólares. Dentro de las exportaciones, las ventas de semiconductores y componentes electrónicos cayeron significativamente, reflejando la menor demanda global en el sector tecnológico. Asimismo, las exportaciones agrícolas, como granos y carne, registraron una baja en la demanda internacional, afectadas por cambios en los patrones de consumo y las políticas arancelarias de mercados clave.

Por otro lado, las importaciones experimentaron un crecimiento en varios rubros. Los bienes de consumo, incluyendo teléfonos móviles, computadoras y dispositivos electrónicos, encabezaron el aumento en las compras externas. Además, las importaciones de preparaciones farmacéuticas aumentaron en 43,6 mil millones de dólares, reflejando la creciente dependencia de Estados Unidos en el sector de la salud. La compra de automóviles y autopartes fabricados en Asia creció en 16,1 mil millones de dólares, destacando la preferencia del consumidor estadounidense por modelos con tecnología avanzada y precios más competitivos.

¿Síntomas de enfermedad holandesa?

La enfermedad holandesa es una situación en una economía que tiene un boom de algún producto en específico y que es muy demandado en los mercados internacionales. Esto genera una apreciación de la moneda que afecta negativamente el resto de sectores que pierden competitividad internacional. Al final, mucha industria se pierde, porque con una moneda sobrevalorada, resulta más atractivo importar productos.

El auge del fracking y el crecimiento de la industria petrolera en Estados Unidos han generado un superávit en el sector energético, pero han fortalecido el dólar, dificultando la competitividad de otros sectores exportadores. Lo más sorprendente es que pocos se han hecho la pregunta cuando debería ser algo evidente: hay un sector que está impulsando las exportaciones, aumentando la oferta de divisas y en consecuencia revaluando el dólar.

En un análisis divulgado en 2017, Adams Nager, entonces analista de la Information Technology and Innovation Foundation, analizó el tema en un artículo titulado "Is the United States Immune to Dutch Disease?". Según el documento, de 2012 a 2015, la apreciación del dólar en más del 20 % estuvo acompañada por un aumento del 44 % en el déficit comercial de bienes no petroleros. Esta situación había agravado la pérdida de competitividad manufacturera, generando obstáculos para una posible reindustrialización basada en costos competitivos.

La apreciación del dólar también ha tenido un impacto similar al de la manipulación de divisas por parte de economías como China, ya que ha encarecido las exportaciones estadounidenses y ha abaratado las importaciones. El Renminbi había perdido 12% de valor frente al dólar en ese periodo, eliminando los avances previos en su apreciación, lo que refuerza la desventaja competitiva de Estados Unidos en sectores clave de manufactura.

Ahora, el desbalance comercial es el argumento real de Donald Trump para revivir la amenaza de nuevos aranceles. Durante su primer mandato, la estrategia arancelaria buscó reducir el déficit imponiendo barreras a las importaciones chinas y renegociando acuerdos comerciales como el T-MEC. Sin embargo, los datos recientes sugieren que estas medidas no lograron revertir la tendencia estructural del comercio exterior estadounidense.  Así que el problema sigue siendo estructural e inmanejable solo por la vía de decretos.

Uno de los factores clave en esta dinámica es el valor del dólar. Todo gobierno tiene presión para mantener cierta debilidad de su moneda frente a otras, porque de esa manera gana competitividad en precio. Eso frena la competencia de bienes importados y estimula la demanda de productos nacionales. Un dólar devaluado haría que las exportaciones estadounidenses resultaran más atractivas en los mercados globales y, al mismo tiempo, encarecería las importaciones, reduciendo el déficit. No obstante, una depreciación excesiva podría generar presiones inflacionarias al encarecer los bienes importados, lo que llevaría a un dilema económico: elevar aranceles a un ritmo acelerado podría alimentar aún más la inflación y afectar el consumo interno.

Para contrarrestar los efectos de la Enfermedad Holandesa, Estados Unidos debe ir más allá de los aranceles y centrarse en una estrategia de innovación y desarrollo tecnológico. Arabia Saudita, por ejemplo, ha incrementado su inversión en investigación y desarrollo del 0,25 % al 2 % del PIB en un esfuerzo por diversificar su economía. En contraste, Estados Unidos gasta menos del 0,8 % de su PIB en investigación pública, el nivel más bajo desde la era post-Sputnik, explicó Nager en su artículo citado.

Hoy vale la pena preguntarse si aquello con lo que está tratando de lidiar Donald Trump es un mal mucho más estructural que no se va a poder superar con medidas arancelarias. En Estados Unidos nunca se ha hablado a profundidad de la enfermedad holandesa. Tal vez llegó el momento de hacerlo.

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