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El reto del nuevo presidente francés será lograr negociar una remodelación europea, en un modelo político continental dominado por Alemania. En la foto: la canciller alemana Angela Merkel (d) saluda al presidente francés Emmanuel Macron (i) a su llegada a la cancillería alemana en Berlín, Alemania hoy 15 de mayo de 2017. EFE/Carsten Koall
El reto del nuevo presidente francés será lograr negociar una remodelación europea, en un modelo político continental dominado por Alemania. En la foto: la canciller alemana Angela Merkel (d) saluda al presidente francés Emmanuel Macron (i) a su llegada…

Emmanuel Macron: por una nueva Comunidad Europea

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Siguiendo la tradición del país, y tras despedir al ahora ex presidente François Hollande desde el patio del palacio del Elíseo, Emmanuel Macron escuchó su proclamación como jefe de Estado y de Las Fuerzas Armadas de la voz del presidente del Consejo Constitucional, Lauren Fabius.

En su primer discurso, el nuevo presidente dejó clara su postura y la dirección que tomará su nuevo gobierno: “el mundo y Europa necesitan hoy más que nunca una Francia fuerte y segura de su destino, que porte la voz de la libertad, que sepa inventar el futuro”. De esta manera, Macron despejaba cualquier duda de su compromiso con el proyecto europeo, sentenciando la necesidad de un modelo nuevo, “refundado y relanzado”, por el bien de sus ciudadanos.

Emmanuel Macron recibe una nación en completo “letargo institucional y económico”, según los analistas internacionales, con una urgencia de un giro rotundo en las direcciones institucionales que habrían llevado a cabo sus predecesores.

Según reporta el ABC de España, Macron ha anunciado ya el uso frecuente de la legislación ejecutiva para evitar que medidas como la revisión de la legislación laboral, la modernización de los mecanismos de recaudación de impuestos o las contribuciones de la Seguridad Social, “se queden empantanadas, prisioneras de la lucha partidista”. Esto indicaría que la nueva administración necesitará también una mayoría en la Asamblea.

Para ello, el nuevo presidente ha designado hoy a un primer ministro conservador, intentando cerrar sus flancos en miras a las elecciones legislativas. Edouard Philippe, de 46 años, es un legislador y es el alcalde de la ciudad portuaria de Le Havre, y forma parte del partido de moderada centro-derecha, Los Republicanos.

Según Reuters, Philippe será el contrapeso necesario frente a los antiguos miembros socialistas del parlamento que se han sumado a la causa de Macron.

De esta manera, el nuevo presidente intentará reducir las brechas entre la derecha y la izquierda francesas, que han dominado la política francesa por décadas, a través del apoyo republicano que pueda contraer la designación del nuevo Primer Ministro.

“Es la primera vez que en la historia política moderna de Francia que un presidente ha designado a un primer ministro fuera de su campo sin ser obligado a ello por la pérdida de las elecciones parlamentarias”, asegura Reuters.  

Macron ha evitado a toda costa convertirse en el avalista de los socialistas moderados y “pasar por ser un satélite del centro-derecha”, con tal de obtener la mayoría en las elecciones legislativas para poder llevar a cabo su proyecto de gobierno. La meta de esta estrategia política es, según el análisis de Antonio Navalón, “la contención de los populismos” dentro de la nación francesa, “aunque siga cumpliéndose el designio de que gran parte de los viejos partidos que gobernaron el mundo ahora están en peligro de extinción”.

Su agenda pretende plantear entonces el proyecto europeo para convencer a una población cada vez más inconforme con la globalización y con el espacio Schengen. “Las francesas y los franceses que se sienten olvidados por este gran movimiento del mundo deberán sentirse más protegidos”, aseguró, prometiendo una reforma para frenar el “desempleo endémico” y la constante amenaza terrorista.

Asimismo, el joven político aseguró que no “cederá en nada” del programa que prometió durante su campaña política, liberando el trabajo, alentando la iniciativa privada, privilegiando la creación y la innovación y fortaleciendo la solidaridad nacional, según reportó el diario La Vanguardia.

Pero la bandera de su gobierno y de su discurso será el relanzamiento de la Unión Europea, siendo su primer acto como presidente un viaje oficial para reunirse en Berlín con la canciller alemana Ángela Merkel, el día de hoy.

Según El País de Uruguay, “Alemania y Francia son hoy los grandes sostenes del bloque europeo, y sus destinos quedaron aún más atados a partir del Brexit”.

Durante su discurso, Macron aseguró que “necesitaremos una Europa más eficaz, más democrática, más política, pues es el instrumento de nuestra fuerza y de nuestra soberanía”.

Pero para los críticos, este gesto significaría que la dominación europea sigue siendo la misma de Napoleón: “quien domina Alemania, domina Europa”, según asegura Navalón para El País. Tanto la canciller alemana como el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, aseguraron a Macron “que no puede mover ni una coma y que la Europa que él sueña – la misma que soñaron los grandes forjadores del pensamiento europeo – sólo es posible siempre y cuando se ajuste a lo que piensa Berlín y a las necesidades de los burócratas de Bruselas”, continúa el análisis.

La promesa de una Comunidad Europea remodelada es entonces, para Macron, una prioridad con muchos obstáculos de por medio. No sólo necesitará una mayoría parlamentaria que respalde su modelo de gobierno sino también una estrategia de negociación que permita llegar a un consenso con sus contrapartes europeas.

Veremos en los próximos meses cómo el joven presidente intentará cumplir con todos sus ciudadanos.

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