Un puño al aire: un símbolo de comunidad y esfuerzo en México
Un simple gesto se ha transformado en el símbolo de respeto y coordinación entre los rescatistas mexicanos a la hora de buscar sobrevivientes entre los…
Entre humaredas, piedras y restos, los grupos de rescatistas y voluntarios que trabajan contra reloj para salvar la mayor cantidad de vidas posibles, han conseguido la manera de comunicarse para sistematizar su trabajo, transformando el gesto del puño al aire en un símbolo de la comunidad frente al desastre.
Tras el brutal terremoto de 7.1 grados en la escala de Richter que se ha llevado la vida de más de 220 personas en México, varios expertos coinciden en que todavía pueden haber sobrevivientes. Es por ello que la comunicación y el trabajo en equipo es fundamental para lograr salvar a tantas personas que podrían encontrarse aún bajo los escombros.
Los llamados Topos o rescatistas, han explicado a voluntarios y activistas la importancia del silencio en la búsqueda para lograr escuchar cualquier movimiento o pedido de auxilio entre los restos de los edificios.
“Cuando se alza el puño, todos callan” indicó un marino a los voluntarios. El rescatista que trabaja en la escuela Enrique Rébsamen, en Villa Coapa, colabora removiendo escombros de los dos edificios frontales que se vinieron abajo en los primeros segundos del temblor, según reportó Animal Político. “Si se alza el puño nadie grita ‘silencio’, nadie hace ‘shhht’, sólo se callan y ya”, continuó el experto.
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Según reportó el diario El Clarín, los rescatistas se comunican a través de este sistema de señales que “debe seguirse a rajatablas” y que actualmente es compartido por “miles de personas en las redes sociales”.
Para todos los que colaboran sin descanso en las calles, el puño en alto “es la señal más esperada”, pues implica un “pedido de silencio” que indica algún voluntario cuando cree percibir voces o algo que indique la esperanza de vida bajo los restos.
Asimismo, otros gestos se han vuelto ley entre los trabajadores: la palma de la mano en alto es el pedido para que “nadie se mueva” y el gesto de un dedo indicando al cielo se entiende como “sigamos trabajando”.
La comunidad mexicana ha enfrentado una situación tan devastadora con un inquebrantable espíritu de humanidad, de voluntad y de colaboración. Cadenas humanas desplazan restos de manera coordinada al oír un “¡Vamos, México!” que da esperanza a miles de personas que reconstruyen su país una piedra a la vez.
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