La única certeza que existe entre toda la incertidumbre que ha existido durante la pandemia del coronavirus, es que el gobierno de México no ha dejado de contradecirse.

Como resultado, cosas simples como llevar una máscara o no se han convertido en declaraciones políticas. 

Lo mismo ha sucedido con la reapertura, ya que cada ciudad ha decidido seguir sus propias normas, así como con las celebraciones de la independencia que tendrán lugar el próximo septiembre. 

Justo cuando la Ciudad de México alcanza otro pico de casos por COVID-19 (una vez más, en lo que ha sido un pico interminable y constante desde el principio) y se ha decidido volver a la fase roja en ciertas áreas, cerrando de nuevo algunos establecimientos, el presidente de México declara que las celebraciones tendrán lugar de todos modos. 

"Habrá un grito y un desfile", dijo el presidente en una conferencia matutina del 29 de julio. 

El desfile anual y el famoso "Grito de Independencia", según AMLO, están planeados para celebrarse en un lugar y hora normales el 15 de septiembre en el centro de la Ciudad de México.

El año pasado fue la primera vez que AMLO tuvo la oportunidad de dar su "Grito de Independencia" desde el Palacio Nacional frente a casi 80.000 personas que se reunieron en el Zócalo del centro de la Ciudad de México para presenciarlo.

Para el desfile de las fuerzas armadas que se realiza al día siguiente, cerca de 400.000 personas salen a las calles del centro de la ciudad para observar el paso de los regimientos militares y marinos.

AMLO también declaró que los principales cambios para las celebraciones de este año incluyen protocolos saludables y distanciamiento social.

Sin embargo, la pregunta que casi todo el mundo se hace es: ¿cuáles son los protocolos saludables que se implementarán para asegurar la seguridad de todos los ciudadanos asistentes y prevenir el contagio?

"No sabemos si va a haber gente, pero va a haber un grito", respondió AMLO.

Sus declaraciones se producen después de que la pandemia mundial ha provocado la suspensión de actividades no esenciales, el cierre de varias industrias, y en momento en que la economía nacional alcanza su peor caída en la historia.

El 29 de julio, México alcanzó los 45.000 muertos oficiales, apenas 40 días antes de la celebración nacional.

"¡Viva México!", dijo el presidente en un intento de terminar la reunión con algo positivo.