El Presidente Joe Biden estuvo de nuevo en Filadelfia esta tarde, jueves 9 de marzo, en un salón sindical del noreste de Filadelfia para presentar su propuesta presupuestaria que esboza iniciativas que, según él, "invierten en América". 

"He aquí por qué estoy aquí hoy: Durante demasiado tiempo, los trabajadores se han estado rompiendo la cabeza. La economía los ha dejado atrás, a gente trabajadora como ustedes, mientras los de arriba se salen con la suya en todo", dijo Biden.

El discurso se produjo cuando aún contempla la posibilidad de presentarse a la reelección, pero su perspectiva a largo plazo con las medidas del presupuesto son una señal probable de que Biden está comprometido con el cargo más allá de 2024. 

Esta es la tercera propuesta presupuestaria de Biden en su presidencia y la primera que pronuncia ante un Congreso dividido. El presupuesto, de más de 6,8 billones de dólares, ha aumentado la financiación del ejército y de los programas sociales para la clase media y los pobres, al tiempo que reduce la deuda de la nación. 

Biden presentó su presupuesto como un programa de reducción de costes para las familias, protección y ampliación de Medicare, refuerzo de la Seguridad Social y recorte del déficit federal en unos 3 billones de dólares durante la próxima década.

La visita del jueves al Finishing Trades Institute, un centro de formación de pintores, instaladores de paneles de yeso y vidrieros, es una de las muchas visitas que Biden ha hecho a Filadelfia (y Pensilvania) durante su mandato, donde mantiene vínculos personales y políticos, y es la ciudad natal de la Primera Dama, Jill Biden. 

Biden renunció a la tradicional presentación del presupuesto en la Casa Blanca y, en su lugar, aceptó la invitación del representante de la Cámara de Representantes de Pensilvania Brendan Boyle -el principal demócrata en el Comité Presupuestario de la Cámara- para venir a la ciudad. 

"Soy Presidente gracias a vosotros", dijo Biden a los trabajadores en la sede del sindicato. 

El plan presupuestario del Presidente morirá probablemente en el Congreso, ya que los republicanos de la Cámara de Representantes han denunciado duramente su propuesta de aumentar los impuestos a los ricos en los días previos a la presentación del martes. También esperan forzar a Biden a realizar fuertes recortes de gastos que afecten a varios servicios gubernamentales.

El presupuesto también incluye elevados objetivos de reducción del déficit que, según muchos, seguirán siendo un marcador político en Pensilvania -un estado indeciso clave- en previsión de una candidatura de Biden a la reelección en 2024 y de una inminente lucha sobre el límite de endeudamiento de la nación que no está muy lejos de alcanzar un punto de ebullición en los próximos meses. 

Biden anunció un conjunto de políticas encaminadas a recortar el déficit presupuestario federal en al menos 3 billones de dólares durante la próxima década, ya que el Gobierno estadounidense ha gastado más dinero del que recibe en ingresos fiscales cada año desde 2000. 

La Oficina Presupuestaria del Congreso, organismo no partidista, calculó recientemente que el déficit crecerá este año fiscal, de 1,41 billones de dólares a 1,375 billones, pero aumentará a más de 2 billones en 2032. 

Se proponen unos 5 billones de dólares en subidas de impuestos a los ricos y a las empresas en los próximos 10 años, con un plan destinado a reducir el déficit presupuestario en unos 3 billones de dólares en comparación con la trayectoria fiscal actual del país. 

La propuesta de Biden es el comienzo de una larga batalla sobre la cantidad que el Tesoro de EE.UU. está autorizado a pedir prestado para pagar las facturas en las que el gobierno ya ha incurrido. Técnicamente sin dinero, el Tesoro está retrasando un impago cuya supervivencia se agotará en los próximos meses. 

El Congreso republicano tiene que aumentar o suspender el límite para evitar un impago, pero pretende recortar el gasto futuro antes de acceder a hacerlo. 

La propuesta presupuestaria de 182 páginas también quiere restaurar la ampliación del crédito fiscal por hijo y hacer permanentes los subsidios mejorados del Obamacare que se promulgaron en el Plan de Rescate Americano en 2021. 

En cuanto a la ampliación del crédito por hijos, lo aumentaría a 3.600 dólares por hijo para los menores de seis años y a 3.000 dólares para los mayores. También haría que el crédito fuera reembolsable en su totalidad de forma permanente, por lo que más familias de bajos ingresos podrían optar a él. 

El presupuesto de Biden también mejora las finanzas de Medicare, ya que el Presidente pretende reforzar el fondo fiduciario del seguro hospitalario de Medicare, conocido como Parte A, aumentando los impuestos a quienes ganan más de 400.000 dólares al año. 

Según las previsiones más recientes de sus fideicomisarios, Medicare, que cubre a más de 65 millones de ancianos y discapacitados, podrá pagar íntegramente hasta 2028, cuando el pozo se seque. La propuesta de Biden prolongaría la solvencia de Medicare 25 años o más, según la Casa Blanca. 

La propuesta aumentaría al 5% el tipo impositivo sobre las rentas netas de inversión de los ingresos salariales y no salariales superiores a 400.000 dólares, frente al 3,8% anterior. Se impondría a los propietarios de ciertas empresas intermediarias que incluyan ingresos empresariales en sus declaraciones de impuestos personales. 

Los ingresos del impuesto, creado por la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible, se destinarían al fondo fiduciario del seguro hospitalario de Medicare. 

La propuesta de Biden es una continuación de la Ley de Reducción de la Inflación que los demócratas aprobaron el verano pasado, al permitir a Medicare negociar más precios de los medicamentos y hacer que éstos se negocien antes tras su lanzamiento. 

En particular, el presupuesto también prevé limitar el precio de la insulina a 35 dólares al mes para todos, algo que también hizo la Ley de Reducción de la Inflación al limitar el precio de cada receta de insulina a 35 dólares al mes para los beneficiarios de Medicare a partir de este año. 

Las personas mayores también tienen algo en este presupuesto, ya que Biden pretende limitar los costes de los beneficiarios de Medicare por los medicamentos genéricos utilizados para ciertas enfermedades crónicas a no más de 2 dólares. Sus costes también se reducirían si Medicare ampliara sus negociaciones sobre los precios de los medicamentos. 

La propuesta de Biden también exige a las compañías de seguros privadas que ofrecen cobertura de Medicaid que devuelvan el exceso de dinero que cobran por el programa aunque sea más de lo que realmente gastan en la atención a los pacientes. 

Esto daría al Departamento de Salud y Servicios Humanos la autoridad para negociar reembolsos adicionales y suplementarios de medicamentos de Medicaid en nombre de otros estados. 

En cuanto a la educación preescolar y la atención infantil, el presupuesto financiaría un nuevo programa de asociación federal-estatal para ofrecer educación preescolar universal y gratuita. También aumentaría la financiación de los actuales programas federales de atención y educación tempranas. 

Biden también busca a las familias con una medida en el presupuesto que establecería un programa nacional de bajas familiares y médicas remuneradas. 

Se trata de 12 semanas de permiso para que los empleados que reúnan los requisitos puedan tomarse tiempo libre para cuidar y estrechar lazos con un nuevo hijo, un ser querido gravemente enfermo, su propia enfermedad grave, hacer frente a circunstancias derivadas del despliegue militar de un ser querido, o encontrar seguridad frente a la violencia doméstica, la agresión sexual o el acoso, según la administración. 

Varios republicanos respondieron inmediatamente a la propuesta de Biden después de que se publicara hoy antes de su discurso, entre ellos el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, que lideró el esfuerzo en una declaración conjunta del GOP, calificando el presupuesto de Biden de "imprudente".