Cuando creíamos que nadie le pondría un alto a las agresivas políticas anti-inmigrantes del gobierno, aparece un juez y exige que se devuelva un avión en el que una mujer centroamericana y su hija estaban siendo deportadas.

El juez distrital Emmet G. Sullivan ordenó la suspensión de la deportación este jueves y “amenazó con sancionar al Fiscal General Jeff Sessions por desacato” después de enterarse que las dos inmigrantes estaban esperando la resolución de su apelación a la orden de deportación, según reportó el Washington Post.

“Esto es escandaloso”, dijo el juez. “¿Que alguien sea expulsado mientras sus abogados buscan justicia para ella? Esto no es aceptable”.

La mujer, identificada como Carmen en sus documentos, forma parte de una demanda colectiva introducida por la American Civil Liberties Union (ACLU) contra el Departamento de Justicia y sus mecanismos de deportación acelerada que excluyen la violencia doméstica y de pandillas como argumentos para el asilo en Estados Unidos, explicó el Post.

Aún cuando ambas partes del proceso habían acordado “retrasar los procedimientos de remoción” de Carmen y su hija hasta la media noche del jueves, las inmigrantes fueron puestas en un avión vía El Salvador, de donde huían por amenazas contra su vida.

Fue entonces cuando el juez Sullivan, informado de la situación, ordenó al gobierno  “devolver el avión”.

“En su prisa por deportar a tantos inmigrantes como sea posible, la administración Trump está poniendo a estas mujeres y niños en grave peligro de ser violados, golpeados o asesinados”, dijo Jennifer Chang Newell, abogada principal de ACLU a NBC News.

Según informó el Departamento de Seguridad Nacional, tanto Carmen como su hija no desembarcaron en El Salvador, sino fueron puestas en un vuelo inmediato de regreso al país para seguir con su procedimiento legal.