Pobreza extrema en América Latina: retroceso de 27 años en la región
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, compartió su informe sobre pobreza del año 2021 y los resultados no son para nada alentadores.
Aunque la taza de pobreza general en la población disminuyó 0,9 %, pasando del 33,0 % al 32,1 %, la crisis social en Centro y Sur América ha continuado golpeando a las clases menos favorecidas, especialmente a la ya debilitada clase media, cuya vulnerabilidad ha quedado especialmente en evidencia durante esta emergencia sanitaria.
La pandemia, que inicia su tercer año golpeando fuertemente a la región de Latinoamérica y el Caribe, “se ha convertido en una crisis social, llevando la tasa de pobreza extrema en América Latina del 13,1 % de la población en 2020 al 13,8 % en 2021, un retroceso de 27 años”, señaló la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL.
Sube la extrema pobreza en América Latina a niveles no vistos en casi 30 años. Lee más sobre lanzamiento del informe anual #PanoramaSocial 2021 de la #CEPAL vía @NoticiasONU https://t.co/0Lbah4aArV
— CEPAL (@cepal_onu) January 27, 2022
Lo que estos valores porcentuales representan, es el paso de 81 millones de personas viviendo en extrema pobreza a 86 millones, es decir, 5 millones más de seres humanos que no cuentan con las condiciones básicas necesarias para sobrevivir.
“El aumento de la pobreza extrema es consecuencia de una reducción de las transferencias de ingresos de emergencia en algunos países, que no alcanzaría a ser compensada por el incremento esperado de los ingresos del empleo”, se lee en uno de los apartes del informe de la CEPAL.
La Comisión reveló que durante 2020, tras el inicio de la pandemia, la pobreza extrema en la región se ubicó en niveles registrados hace 27 años, siendo las poblaciones más afectadas las mujeres, las comunidades de áreas rurales, los pueblos indígenas e incluso la niñez.
Por su parte, la desigualdad, que también ha crecido dramáticamente, se ha visto impulsada por una reactivación económica que solo satisface a un pequeño grupo, pero que no es suficiente “para mitigar los profundos efectos sociales y laborales de la pandemia, estrechamente vinculados a la desigualdad de ingreso y género, a la pobreza, a la informalidad y a la vulnerabilidad en que vive la población”, señala el reporte.
El documento de la CEPAL también señala que “la desigualdad se incrementó entre 2019 y 2020, con lo que se quebró una tendencia decreciente que venía observándose desde 2002. El Coeficiente de Gini —utilizado internacionalmente para medir la distribución del ingreso— aumentó en 0,7 puntos porcentuales para el promedio regional entre 2019 y 2020”. Con estas cifras se puede establecer que el deterioro tiene relación directa con las repercusiones de la pandemia.
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Además de reportar las cifras de pobreza extrema, el informe también señala que la posibilidad de una recuperación económica solo se puede dar si se controla la emergencia sanitaria, la cual ha hecho de esta región la más vulnerable del mundo a sus efectos.
Tomando como corte el 26 de enero de 2022, se presenta un registro del 62,3 % de la población de América Latina y el Caribe que cuenta con el esquema completo de vacunación, ante lo cual la CEPAL invita a incrementar los esfuerzos para que el 70 % de la población esté inoculada en la región para mediados de 2022.
“La pandemia es una oportunidad histórica para construir un nuevo pacto social que brinde protección, certidumbre y confianza. Un nuevo contrato social debe avanzar y fortalecer la institucionalidad de los sistemas de protección social y promover que estos sean universales, integrales, sostenibles y resilientes. Vienen años de menor crecimiento económico y, si no se mantienen los esfuerzos para proteger el bienestar de la población, serán mayores los aumentos en pobreza y desigualdad en la región”, resalta la comunicación de la CEPAL.
El documento finaliza haciendo énfasis en el transito hacia lo que la Comisión llama una sociedad del cuidado. “La universalidad, la coordinación interinstitucional e intersectorial, la corresponsabilidad y la sostenibilidad financiera constituyen pilares fundamentales de las políticas integrales de cuidados que precisa la región”, subrayan en el cierre del comunicado.
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